Mapache en el ático
Imagina esta situación: estás cómodamente sentado en tu sala de estar, sumergido en un momento de pura tranquilidad cuando, de repente, un ruido inesperado proviene de arriba, rompiendo el silencio. No puedes evitar pensar si se trata del famoso fantasma del que todos hablan o si simplemente es un producto de tu imaginación.
Reúnes el valor, subes las escaleras y abres suavemente la puerta del ático, con la esperanza de que haya una explicación inofensiva. Sin embargo, te encuentras con los ojos brillantes de un mapache que se ha colado por un hueco en el respiradero del techo. Mientras que los más valientes podrían pensar en enfrentarse a este intruso peludo, existe una alternativa mucho más segura y eficaz.