¿Dónde estaba Sarah?
Repasaba los últimos días en su cabeza una y otra vez, y sus ojos se llenaban de lágrimas mientras miraba el océano frente a él. La inmensidad del mar se convertía en un espejo de su desesperación, reflejando la profundidad de su pena y confusión sin fin. Era como si el vasto azul le devolviera la mirada, compartiendo su sentimiento de pérdida y soledad.
¿Dónde estaba Sarah? No podía haberse desvanecido en el aire. Había una pregunta que intentaba no pensar demasiado, pero no podía evitar preguntarse… ¿Seguía viva? Esa incertidumbre lo carcomía por dentro, una sombra constante en sus pensamientos, un eco persistente que resonaba con cada latido de su corazón, recordándole el vacío que su ausencia había dejado.