Mike le envió un mensaje de texto.

Las manos de Sarah temblaban incontrolablemente cuando el nombre de Mike apareció en la pantalla de su móvil. Parpadeó rápidamente, incrédula ante lo que veía. ¿Era esto una ilusión de su imaginación, una cruel jugarreta de su mente? Pero no, lentamente la realidad se asentaba: Mike, su exmarido, el hombre del que no había tenido noticias en años, realmente le había enviado un mensaje de texto.

Una ola de conmoción la invadió, seguida de un torrente de emociones inesperadas. La última vez que hablaron fue para finalizar su divorcio, y desde entonces, un silencio ensordecedor se había extendido entre ellos. Este mensaje, de la nada, era como un rayo en cielo despejado, sacudiendo los cimientos de la nueva vida que había construido con tanto esfuerzo.