Investigación antártica
Acampados en las gélidas temperaturas de la Antártida, este equipo de investigación de Nueva Zelanda esperaba estudiar un estuario secreto oculto profundamente bajo el hielo. Sin embargo, al perforar la masa congelada y bajar una cámara hacia lo desconocido, descubrieron mucho más de lo que habían imaginado.
Fue un hallazgo que les dejó atónitos, ya que no se esperaban encontrar una maravilla semejante en ese lugar remoto. La Antártida, a menudo vista como un continente inexplorado, estaba a punto de revelar uno de sus misterios más profundos.
Objetos extraños
Mirando la pantalla del video, el equipo notó que la transmisión estaba obstruida por innumerables objetos extraños flotando frente a la lente. ¿Qué eran y qué revelaban sobre el mundo alienígena bajo el hielo?
Descartando un defecto en su equipo, los investigadores se encontraron enfrentando uno de los misterios más desconcertantes de sus carreras. Aquello era algo que no habían visto nunca antes y que desafiaba su comprensión actual del ambiente antártico.
Ecosistema frágil
Durante años, los científicos han luchado por comprender el entorno de la Antártida, un ecosistema frágil que pende de un hilo a medida que el clima a nuestro alrededor cambia. Y ahora, han encontrado nuevas perspectivas en los lugares más insospechados.
A medida que la búsqueda de respuestas continúa, nuestra percepción de este páramo congelado podría cambiar para siempre. Estos nuevos hallazgos podrían reescribir lo que sabemos sobre el continente más misterioso de la Tierra.
NIWA
Fundado en 1992, el Instituto Nacional de Investigación del Agua y la Atmósfera, o NIWA, es una organización con sede en Nueva Zelanda que trabaja para promover la comprensión del entorno natural.
Al estudiar los recursos en sus países de origen y en todo el mundo, los miembros esperan fomentar un enfoque sostenible para salvaguardar el planeta Tierra. Esta entidad ha sido fundamental en la conducción de importantes investigaciones en el ámbito medioambiental.
Investigación ambiental
A lo largo de los años, los científicos de NIWA se han encontrado en la vanguardia de la investigación ambiental, estudiando desde el cambio climático hasta la emergente industria de la acuicultura. En la región de las tierras bajas de Aotearoa, por ejemplo, han estado analizando cómo afectarán las crecientes aguas del mar a las comunidades costeras.
Y en las universidades de Otago y Auckland, se está trabajando para comprender las formas en que los tsunamis podrían impactar en Nueva Zelanda.
Desierto congelado
La Antártida, un majestuoso continente situado en el extremo más meridional del planeta, se presenta como el escenario ideal para profundizar en nuestros estudios sobre el cambio medioambiental. Su extensión supera los 5 millones de millas cuadradas y sorprende con vastas extensiones de terreno completamente dominadas por capas de hielo, algunas de las cuales alcanzan profundidades impresionantes de más de 16,000 pies.
Este continente no solo alberga impresionantes paisajes congelados, sino que también posee más del 75% del agua dulce del mundo. Estas reservas de agua juegan un papel vital en la regulación del clima global. Los glaciares y las masas de hielo almacenan grandes cantidades de agua y, al derretirse, pueden influir en los niveles del mar y en las corrientes oceánicas. La Antártida es, sin lugar a dudas, una joya geográfica que guarda secretos aún por descubrir y que es esencial para la comprensión del equilibrio ecológico del planeta.
La Barrera de Hielo de Ross
Las actividades y fenómenos que ocurren en la Antártida tienen ramificaciones significativas para el resto del mundo. El derretimiento de sus hielos, por ejemplo, puede elevar el nivel del mar globalmente, afectando a comunidades costeras en todos los continentes. Por lo tanto, es fundamental comprender este ecosistema. Científicos y expertos de diversos rincones del planeta han hecho de la Antártida su laboratorio de investigación, estudiando sus características y evolución.
Uno de sus principales focos de atención son las plataformas de hielo que se extienden por miles de millas cuadradas, formando barreras naturales que se adentran en el océano. La plataforma de hielo de Ross, en particular, destaca no solo por su inmenso tamaño, superando las 180,000 millas cuadradas, sino también por ser un indicador clave del estado del ecosistema polar.
Un descubrimiento asombroso
La ubicación remota de la Antártida, con Nueva Zelanda como el punto de tierra firme más cercano a casi 3,000 millas de distancia, podría disuadir a muchos de embarcarse en expediciones hacia este gélido continente. Sin embargo, a lo largo de los años, y a pesar de los desafíos que supone llegar hasta allí, numerosos investigadores y exploradores han emprendido el viaje, atraídos por los innumerables misterios que este paraje congelado ofrece.
La historia está repleta de tales expediciones que buscaban desde rutas comerciales hasta conocimientos científicos. Y en el año 2022, una noticia emergió de esta región que capturó la atención del mundo científico. En mayo de ese año, un equipo de investigadores anunció un hallazgo que podría redefinir lo que sabemos sobre este continente helado.
Huw Horgan
Alejado de las extremas condiciones antárticas, Huw Horgan, un distinguido investigador de la Universidad Victoria de Wellington, se encontraba en un laboratorio de Nueva Zelanda cuando identificó algo atípico en las imágenes satelitales de la plataforma de hielo de Ross. La tecnología satelital, con su capacidad para brindar vistas detalladas de áreas remotas, ha sido una herramienta invaluable en la investigación polar.
En un comunicado oficial emitido por NIWA el 31 de mayo, el físico marino Craig Stevens compartió el entusiasmo del descubrimiento. Detalló que Horgan observó una peculiar ranura en el hielo que no se alineaba con las características típicas de la región. Esta observación llevó al equipo a especular sobre la existencia de un estuario oculto debajo del manto helado, un hallazgo que podría tener implicaciones significativas para la comprensión del ecosistema subglacial de la Antártida.
Una anomalía
Según el comunicado, los investigadores han teorizado durante mucho tiempo que existe un paisaje desconocido y profundo bajo la capa de hielo, atravesado por características como ríos y lagos. Sin embargo, hasta hace poco había habido pocas oportunidades para estudiar este mundo oculto en profundidad. Por lo tanto, se montó una expedición para visitar la anomalía de Horgan y ver qué podía descubrirse.
Sin embargo, hasta hace poco había habido pocas oportunidades para estudiar este mundo oculto en profundidad. Por lo tanto, se montó una expedición para visitar la anomalía de Horgan y ver qué podía descubrirse.
El Arroyo de Hielo Kamb
Unos años después del descubrimiento, un equipo partió hacia la ubicación identificada por Horgan, un lugar conocido como la corriente de hielo Kamb.
Junto a Stevens, quien realiza investigaciones para NIWA, estaban expertos de las universidades de Auckland, Otago y Victoria, así como GNS Science, una consultoría ambiental con sede en Nueva Zelanda.
Difícil de encontrar
Los investigadores se encontraron con obstáculos desde el inicio de su travesía. Stevens compartió en el comunicado que, aunque las imágenes satelitales mostraban características llamativas, una vez en el sitio, el panorama era distinto. “Desde el satélite, todo parecía dramático, pero al llegar allí y observar el entorno, nos preguntábamos: ‘
¿Dónde está la ranura?’ Sin embargo, después de mucha observación, identificamos una pendiente ligera y supusimos que estábamos en el lugar correcto.” La identificación de la ubicación correcta a menudo puede ser un desafío en tales misiones de investigación debido a la naturaleza cambiante del hielo y las condiciones del terreno.
Erupción volcánica
Al llegar a la Antártida en enero de 2022, el equipo estaba lleno de esperanzas de descubrir lo que Hogan había identificado en la plataforma de hielo de Ross. Pero, antes de que pudieran centrarse plenamente en su misión principal, un evento natural inesperado los tomó por sorpresa.
Pocos días después de su llegada, un volcán entró en erupción cerca de la isla de Tonga, situada a unos impresionantes 4,000 miles de distancia. Estos fenómenos naturales a menudo actúan como recordatorios de lo impredecible que puede ser nuestro planeta y cómo incluso las investigaciones bien planificadas pueden verse interrumpidas por eventos inesperados.
Tsunami
Una vez que las ondas de choque de la erupción comenzaron a disiparse, Tonga fue golpeada por un devastador tsunami. Además, otras partes del Pacífico experimentaron fuertes mareas a causa de este fenómeno. De hecho, los efectos secundarios del tsunami se sintieron en lugares tan distantes como Nueva Zelanda, donde, meses después, los investigadores de NIWA notaron atardeceres inusualmente dramáticos, atribuyéndolos a la misma actividad sísmica.
Estos eventos sirvieron como un recordatorio palpable de cómo las acciones en una parte del mundo pueden tener repercusiones en lugares muy distantes.
Miles de kilómetros de distancia
A pesar de la lejanía de la plataforma de hielo de Ross con respecto al epicentro de la erupción, los sensores que el equipo había colocado en el hielo detectaron ondas de presión que resonaban en una cámara subterránea profunda.
Era evidente que, a pesar de la vasta distancia entre Tonga y la Antártida, la actividad volcánica en una región podía influir y ser percibida en otra muy distante. Es un testimonio del hecho de que nuestro planeta está interconectado de formas que a menudo no comprendemos completamente.
Todo está conectado
“Observar los efectos del volcán de Tonga, que entró en erupción a miles de kilómetros de distancia, fue realmente asombroso”, explicó Stevens. “También es un recordatorio de cuán interconectado está todo en nuestro planeta.
El clima está cambiando y aún hay aspectos clave que la ciencia no ha descubierto completamente.” El cambio climático y la interconexión global se han convertido en temas cruciales en el mundo actual, y los eventos como estos sirven como ejemplos claros de estos fenómenos en acción.
Desafíos
Después de la emoción y el asombro causados por la erupción volcánica, el equipo volvió su atención a la tarea principal que los había llevado allí. Sin embargo, pronto se encontraron con otro desafío significativo. Para estudiar la anomalía, tenían que acceder a lo que estaba al otro lado de la plataforma de hielo de Ross.
Pero una gruesa barrera de agua helada se interponía entre ellos y el objeto de su investigación. Esta barrera natural presentaba un desafío logístico importante para el equipo, pero estaban decididos a superarlo.
Abriendo un camino al derretir
Sin dejarse intimidar por los desafíos, el equipo usó una manguera llena de agua caliente para derretir un camino a través del implacable hielo. Tras un esfuerzo arduo y persistente, finalmente tuvieron éxito en su empeño.
Con un camino abierto, procedieron a bajar una cámara a través del agujero, anticipándose a vislumbrar un mundo que ningún ser humano había visto antes. La expectativa era alta, y lo que descubrieron a continuación superó todas sus expectativas.
No lo que esperaban
Tan pronto como la cámara comenzó a enviar imágenes, el equipo observó características que desafiaban sus preconcepciones sobre el hielo antártico. Stevens compartió: “Fue un momento de gran descubrimiento para nosotros.
La primera sorpresa fue que el tubo de agua derretida no era tan suave como esperábamos. Tenía una estructura extraña, era estrecho y presentaba muchas ondulaciones.” Estos hallazgos iniciales ya estaban proporcionando nuevas perspectivas sobre el entorno subglacial.
Diferentes capas
Stevens continuó describiendo las observaciones, señalando: “Parecía una hogaza de pan, con una protuberancia en la parte superior y una pendiente estrecha en la parte inferior. El agua contenía varias capas que fluían en diferentes direcciones”.
Si bien para el observador casual, estas observaciones pueden no parecer extraordinarias, tienen profundas implicaciones para la investigación antártica y el entendimiento de los procesos subglaciales.
Un shock aún mayor
“Esto cambia nuestra comprensión actual y los modelos de estos entornos”, agregó Stevens. “Vamos a tener mucho trabajo para entender lo que esto significa para los procesos de fusión”.
Mientras el equipo reflexionaba sobre las implicaciones de este descubrimiento inesperado en el hielo, aún les esperaba una sorpresa aún mayor, demostrando que la Antártida aún tiene muchos secretos por revelar.
Equipo defectuoso
A medida que la cámara descendía y se sumergía en la caverna subglacial, el equipo detectó numerosos objetos extraños que llenaban la pantalla. Inicialmente, pensaron que había un fallo con el equipo, lo cual es una preocupación común en tales investigaciones dadas las condiciones extremas.
Stevens compartió con The Guardian en junio de 2022: “Por un momento, pensamos que algo estaba mal con la cámara”.
Artrópodos
Sin embargo, una vez que la cámara ajustó su enfoque, los objetos permanecieron claramente visibles. Esta vez, no había duda de lo que estaban viendo.
Allí, a más de 1,600 pies debajo de la superficie, se encontraban innumerables artrópodos, diminutos parientes de las langostas, cangrejos y camarones que comúnmente vemos en aguas mucho más someras. La pregunta inmediata fue: ¿qué hacían en un lugar tan remoto y extremo?
Vida en la oscuridad
Según los informes, los investigadores jamás esperaron encontrar organismos vivos en un rincón tan oscuro y frío de los océanos del mundo. Sin embargo, la realidad estaba allí, frente a ellos.
A pesar de medir solo una quinta parte de pulgada, estos minúsculos seres parecían desafiar la lógica y la comprensión científica, ya que estaban claramente prosperando en un lugar donde se creía que los recursos eran extremadamente limitados.
Saltando de alegría
“En un experimento normal, ver uno de estos seres te haría saltar de alegría”, admitió Stevens. “Estábamos inundados de ellos. El hecho de tener tantos animales nadando alrededor de nuestra cámara indica que claramente hay un importante proceso ecosistémico ocurriendo allí.
Continuaremos nuestra investigación analizando muestras de agua para probar cosas como los nutrientes y comprender mejor este ecosistema.”
Una carrera contra el tiempo
Sin embargo, los investigadores están preocupados y creen que podrían estar compitiendo contra el tiempo para entender ecosistemas ocultos como este antes de que desaparezcan para siempre. Stevens declaró: “Lo que es evidente es que grandes cambios están en marcha”. Añadió enfáticamente:
“Todo esto se agravará si no trabajamos juntos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero”. Es crucial que tomemos medidas ahora para proteger estos frágiles ecosistemas y garantizar su supervivencia. El tiempo es esencial y cada acción cuenta.
Encuesta Antártica Británica
Curiosamente, el equipo de Nueva Zelanda no es el único que ha descubierto señales de vida en las profundidades del continente congelado. En febrero de 2021, investigadores del British Antarctic Survey revelaron los resultados de una expedición a la plataforma de hielo Filchner-Ronne.
Allí, su objetivo era examinar la geología única de la región, que se encuentra a unos 1.200 millas al oeste de la anomalía que Horgan identificó inicialmente. Este tipo de investigaciones son cruciales, ya que la Antártida es una región aún llena de misterios que la ciencia está comenzando a descifrar.
James Smith
Para recolectar muestras, el equipo tuvo que penetrar una gruesa capa de hielo de alrededor de medio kilómetro de espesor. Al igual que los investigadores neozelandeses, el geólogo James Smith y sus colegas usaron agua caliente para abrir camino hacia su objetivo final.
Después de 20 arduas horas, lograron romper la barrera y acceder al agua de mar subyacente. Estas incursiones en el entorno antártico requieren no solo resistencia física sino también innovación técnica y determinación.
Experimento fallido
Con sumo cuidado, el equipo bajó una cámara y otros equipos al agujero recién creado. Pero a pesar de varios intentos, no pudieron recolectar ningún sedimento del fondo marino. Más tarde, Smith, refugiado en su tienda en el helado suelo antártico, revisó el video del experimento y comprendió la razón del fracaso.
La revisión posterior del material recolectado suele ser crucial, ya que a menudo revela detalles que podrían haber pasado desapercibidos en el campo.
Un obstáculo
Mientras la cámara descendía hacia el fondo oceánico, Smith observó que colisionaba con una roca que obstruía el sedimento debajo. Comentando al medio Wired en 2021, expresó su asombro:
“Es simplemente una gran roca en medio de un fondo marino relativamente plano. No es como si el fondo estuviera lleno de estas cosas”. Este tipo de desafíos imprevistos son comunes en investigaciones de campo y requieren un replanteamiento y adaptación constante.
Algo extraordinario
Inicialmente, el equipo pensó que simplemente habían elegido el lugar equivocado para perforar. Sin embargo, la perspectiva cambió cuando el biólogo Huw Griffiths examinó más de cerca las imágenes.
Observó que la roca estaba cubierta de una extraña capa. El análisis detallado a menudo puede revelar características que inicialmente no son evidentes.
Esponjas
Griffiths teorizó que esa capa probablemente estaba compuesta de algún tipo de bacteria. Pero había más: dispersas por la roca, identificó numerosas esponjas, un tipo de organismo que prospera en ambientes submarinos alrededor del mundo.
Aunque estas criaturas son comunes en muchos entornos, encontrarlas en esta ubicación específica fue una sorpresa total. Nadie esperaba encontrar vida, y mucho menos de este tipo, en ese lugar.
Lejos de la luz del día y la comida
Según Wired, la roca descubierta por Smith se encuentra a más de 150 millas de la luz solar más cercana. Es difícil imaginar cómo la vida biológica podría existir en tal entorno.
Además, se encuentra aún más lejos de cualquier fuente conocida de nutrientes o alimentos, lo que profundiza el misterio de estos organismos que parecen casi alienígenas en su capacidad de adaptación.
Nieve marina
Aunque es común encontrar criaturas que viven en las profundidades de los océanos del mundo, alejadas de cualquier luz, estas normalmente necesitan una fuente de nutrientes para sobrevivir.
En la mayoría de los lugares, por ejemplo, se alimentan del material biológico que se filtra desde las aguas superiores. Sin embargo, en este caso, esas esponjas viven bajo una gruesa capa de hielo. ¿De qué se alimentan?
Flujo horizontal
Los expertos sugieren que podrían haber accedido a un flujo alternativo y horizontal de nutrientes. Sin embargo, estos tendrían que viajar una distancia increíble antes de llegar a las esponjas en esta roca remota.
La forma en que estos nutrientes se mueven y alimentan a estas esponjas desafía muchas de las suposiciones tradicionales sobre la biología marina.
Un largo viaje
Es posible que estos nutrientes hayan recorrido casi 400 millas antes de llegar bajo la plataforma de hielo Filchner-Ronne, y tal vez hayan viajado más del doble de esa distancia.
Aunque esto puede parecer muy poco probable, es una teoría respaldada por investigaciones. En la Antártida, el agua fría se hunde, empujando las áreas más cálidas lejos del continente congelado.
Afluencia
“Va a haber un flujo entrante para reemplazar eso”, explicó Rich Mooi del California Academy of Science a Wired. “Y ese flujo, incluso a lo largo de cientos de kilómetros, va a transportar materia orgánica”.
Entonces, ¿es posible que estas corrientes lleven a los organismos aislados bajo el hielo antártico los nutrientes que necesitan para sobrevivir?
Flujo horizontal
Los expertos sugieren que podrían haber accedido a un flujo alternativo y horizontal de nutrientes. Sin embargo, estos tendrían que viajar una distancia increíble antes de llegar a las esponjas en esta roca remota.
La forma en que estos nutrientes se mueven y alimentan a estas esponjas desafía muchas de las suposiciones tradicionales sobre la biología marina.
Un largo viaje
Es posible que estos nutrientes hayan recorrido casi 400 millas antes de llegar bajo la plataforma de hielo Filchner-Ronne, y tal vez hayan viajado más del doble de esa distancia.
Aunque esto puede parecer muy poco probable, es una teoría respaldada por investigaciones. En la Antártida, el agua fría se hunde, empujando las áreas más cálidas lejos del continente congelado.
Afluencia
“Va a haber un flujo entrante para reemplazar eso”, explicó Rich Mooi del California Academy of Science a Wired. “Y ese flujo, incluso a lo largo de cientos de kilómetros, va a transportar materia orgánica”.
Entonces, ¿es posible que estas corrientes lleven a los organismos aislados bajo el hielo antártico los nutrientes que necesitan para sobrevivir?
Preguntas sin respuesta
Por ahora, Smith y el equipo tienen más preguntas que respuestas. ¿Llegaron estas criaturas a la roca como resultado de un estilo de vida nómada, o fueron liberadas en las corrientes como huevos?
¿Y cuánto tiempo han estado subsistiendo en uno de los lugares más improbables de la Tierra? Estas incógnitas destacan la naturaleza enigmática y sorprendente de la Antártida y sus ecosistemas ocultos.
Al borde de desaparecer
Lamentablemente, estas preguntas seguirán sin respuesta hasta que una segunda expedición regrese a la Antártida para observar más de cerca. Pero al igual que los investigadores que encontraron señales similares de vida en la plataforma de hielo Ross meses después, Griffiths teme que estos fenómenos estén al borde de desaparecer.
Expresó su preocupación a Wired, señalando: “Existe la posibilidad de que algunas de estas grandes plataformas de hielo colapsen en el futuro y perdamos un ecosistema único”.