Cómo un detectorista de metales aficionado encontró accidentalmente el tesoro enterrado más grande de Gran Bretaña

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Todo comenzó con un martillo perdido

Imagina esto: estamos en el 16 de noviembre de 1992. Hay un granjero, Peter Whatling, haciendo lo suyo y cavando en su tierra en el campo inglés, no muy lejos de un pueblito llamado Hoxne en Suffolk. ¿Y adivina qué? En medio de todo eso, el tío pierde su martillo en la tierra. ¡Vaya movida clásica!

Así que imagina esto: Whatling se rasca la cabeza, sin saber cómo recuperar su martillo perdido de la tierra. En vez de rendirse, llama a su amigo del final de la calle, Eric Lawes. Ni se imaginaba que su amigo aficionado a los detectores de metales estaba a punto de descubrir, no solo un martillo, sino el mayor tesoro de oro y plata romano encontrado en Gran Bretaña.