El joven Josh había estado enfermo y ningún médico o especialista había sido capaz de averiguar la verdadera causa. Sus padres Peter y Nadje habían intentado todos los remedios posibles, pero nada parecía funcionar. Habían agotado todas sus opciones y estaban listos para renunciar a su batalla y dejar que su hijo pasara sus últimos momentos con su amado perro Snickers.
Pero cuando los dos se vieron obligados a despedirse por última vez, algo sucedió milagrosamente. Los padres de Josh notaron un rayo de esperanza en los ojos de su hijo y decidieron arriesgarse e ir con la corriente. Poco sabían que esta experiencia cambiaría la vida de Josh y su familia.