Todo parecía tan perfecto cuando Bob y Jenny adoptaron por primera vez a sus dos hijos de Ecuador. Una familia era todo lo que siempre habían soñado, pero la experiencia pronto se convirtió en una pesadilla.

Después de solo tres semanas de conocer a los niños, inesperadamente tuvieron que enviar a uno a casa. Y cuando la gente descubrió la razón de esta decisión, su extraña historia se extendió como un reguero de pólvora.