Cuando Peter vio por primera vez la llave que colgaba del collar del perro, se dio cuenta de que no se trataba de un cachorro perdido cualquiera que había entrado en su jardín. Y Peter tenía razón, porque resultó que no había nada al azar en ese encuentro.

Pero aunque Pedro estaba feliz de haber sido elegido de esta manera, en realidad se enfrentaba a un gran problema. Porque cuando descubrió para qué servía la llave, su vida no volvió a ser la misma…

Una extraña llave

Peter estaba más que confundido. No podía dejar de mirar la extraña llave que acababa de quitarle al cachorro. Peter pensó que la única manera de saber para qué servía era ponerse en contacto con los propietarios del animal…

En el cartel de perros extraños que había visto en el barrio, sólo había una dirección y Peter decidió visitarla ese día. Quería dar su opinión a los propietarios, pero también tenía curiosidad por saber para qué servía esa llave…

Encontrar al propietario

Cuando Peter llegó a la dirección, no podía creer lo que veía. Nunca había esperado ver algo así, pero por fin todo empezaba a tener sentido para él, y pronto todo quedaría resuelto.

Pero, ¿para qué era esta extraña llave que traía consigo nuestro pequeño amigo? ¿Por qué lo llevaba este pobre cachorro en el cuello y qué había encontrado Peter en la dirección de los carteles?

El pobre cachorro

Desde hacía unos días, Peter había visto a un pobre cachorro de aspecto vagabundo deambulando por su barrio. Cada vez que veía al perrito, quería acercarse e interactuar con él para ver si podía ayudarlo.

Pedro no pudo cumplir su deseo porque había visto carteles por toda la calle sobre el perro. Por todo el barrio de Peter había carteles con la imagen del cachorro blanco que había visto deambular cerca de su casa.

Obtener respuestas

El cartel impedía a Pedro ayudar al perro porque contenía un texto extraño escrito en tono de orden. El texto contenía tres extrañas afirmaciones que eran: “¡Si me ves, déjame en paz! No estoy perdido y no necesito que me rescaten. ¡Ni siquiera me toques!”

No estoy perdido y no necesito que me rescaten. ¡Ni siquiera me toques!” Debido a la naturaleza del texto de la señal y al tono con el que se transmitió el mensaje, los vecinos accedieron a las peticiones y dejaron tranquilo al cachorro.

Preocupación

Durante algún tiempo Pedro cumplió con las peticiones, pero no pudo seguir el ritmo porque veía al cachorro a menudo. A medida que pasaban los días, le resultaba cada vez más difícil dejar al cachorro solo.

Cada vez que lo veía, siempre le parecía que el perrito estaba en peores condiciones que la última vez que lo había visto. Ya no podía guardar sus pensamientos para sí mismo, así que un día empezó a perseguir al perro para ver qué le pasaba. Desgraciadamente, el perro se le escapó.

Un sonido extraño

Una fatídica mañana, Peter fue despertado de su sueño por un grito suave pero claro que provenía del patio trasero. El llanto persistía, así que no tuvo más remedio que comprobar qué era.

Afortunadamente, pudo entender de dónde venía el llanto; inmediatamente se levantó de la cama y miró por la ventana. Al mirar por la ventana, se fijó en el cachorro blanco sentado contra el pequeño cobertizo de su jardín.

El cachorro blanco

Esa mañana hacía bastante frío. Al mirarlo, se dio cuenta de que el pobre perro estaba temblando y eso le despertó mucha más compasión. Esa mañana, Peter decidió que ayudaría al perro por todos los medios posibles.

Justo en su habitación, llegó a la conclusión de que la situación actual del cachorro era su única oportunidad. En consecuencia, se puso rápidamente su bata matutina y salió con una toalla en la mano a recoger al cachorro.

Un cambio repentino

Mientras se dirigía al jardín, esperaba que el cachorro no se escapara de nuevo. Peter notó que el cachorro comenzó a encogerse en el momento en que lo notó, acercándose lentamente a él.

A pesar del repentino cambio de comportamiento, el cachorro no tenía intención de huir. La situación tranquilizó a Peter y le dio la esperanza de poder contactar con el perro esa mañana.

Necesidad de ayuda

Peter llegó a la conclusión de que el perro debía necesitar ayuda si realmente había estado viviendo en la calle los últimos días que lo había visto. Si sus pensamientos eran ciertos, el perro debía haber agotado toda su energía.

Todos estos pensamientos le tranquilizaron aún más al saber que el perro no huiría. Cuando Pedro llegó al lugar donde estaba el cachorro, lo levantó sin forcejear. Esta reacción alegró su corazón.

Contacto

En cuanto cogió al perro, sintió una sensación de dureza en sus brazos. Esta extraña sensación le distrajo un poco; mientras intentaba averiguar qué era, se dio cuenta de que había algo pegado al cuerpo del cachorro.

Vio un fino collar alrededor del vientre del cachorro. Esperaba ver una etiqueta con información en el collar; en su lugar, encontró una llave atada a él. El descubrimiento le cogió por sorpresa y se quedó parado en el sitio, sin saber qué hacer.

Sensaciones extrañas

Todos los acontecimientos relacionados con el cachorro comenzaron a pasar por su mente. El pensamiento de los carteles, de cómo el cachorro había estado en su jardín, y de la llave le asustó y le dio una extraña sensación sobre el perro en sus brazos.

A pesar de la sensación de dejar ir al perro, Peter estaba seguro de que tenía que hacer algo inmediatamente. Entró con el cachorro aún tembloroso en su casa y se sentó con él junto a una estufa.

El cachorro en su casa

Entró con el cachorro aún tembloroso en su casa y se sentó con él junto a una estufa. Lo hizo para dar calor al cachorro. Preparó un poco de comida para perros y proporcionó un cuenco de agua.

El cachorro se abalanzó sobre la comida y se la terminó en un instante. Por la forma en que el perro comía la comida que Pedro le había proporcionado, concluyó que el cachorro había pasado no menos de cinco días en la calle.

Siguió preguntándose

Se preguntó por qué se habían colocado los carteles que había visto, porque era evidente que nadie había alimentado ni cuidado al pobre perrito. Peter se preguntó cómo había nacido el perro.

Deseoso de llegar a la raíz del asunto, salió de la casa para comprobar uno de los carteles que había visto un par de días antes. Peter confirmó que no había ningún número en el cartel. Después de mirar con atención, se dio cuenta de que había una dirección en el cartel.

Un acontecimiento extraño

Se dio cuenta de que la dirección era desconocida. Esta observación aumentó su curiosidad, ya que había vivido en el barrio durante años y, por tanto, sentía que conocía bien su entorno.

El hecho de que no reconociera la dirección le hizo estar más seguro de que al perrito le pasaba algo. Tras confundirse con la dirección, decidió utilizar el mapa de Google en su teléfono.

Más preguntas

Con la ayuda de la aplicación, se dio cuenta de que la dirección estaba en la otra punta de la ciudad. Eso debería haberle tranquilizado, pero le planteó más preguntas. Se preguntaba cómo había podido acabar el cachorro en su barrio.

También le extrañó que los carteles se hubieran colocado especialmente en su calle. Se le ocurrió que no había visto ningún cartel en ningún otro lugar de la ciudad. La única manera de desvelar el misterio era ir a la dirección.

A la dirección

Al volver a casa, se aseguró de que el perro estuviera bien calentado. También le dio al cachorro más agua y comida. Después de unas horas de cuidar al perro, se dio cuenta de que el cachorro estaba satisfecho y en mejor estado físico.

Así que lo puso en su coche y condujo hasta la dirección. Mientras conducía hacia el lugar, varios pensamientos pasaron por su cabeza. Consideró que el cachorro había sido maltratado por sus dueños, por lo que empezó a dudar si devolverlo era una buena decisión.

Su idea

Llegó a la conclusión de que era una buena opción porque no quería que la policía se presentara en su puerta, culpándole de haber robado el cachorro e interrogándolo sin parar.

Al acercarse al lugar, decidió dejar al cachorro en el coche durante un tiempo cuando llegara. En ese momento pensó que era la mejor opción para poder resolver todo el enigma.

La llave de la casa

Tenía la intención de hablar con los habitantes de la dirección y preguntarles por el cartel antes de decirles que se había llevado el cachorro. Su idea sonaba brillante, pero estaba ansiosa por el resultado de su viaje a la dirección.

De hecho, la casa había sido abandonada recientemente y la llave estaba en la puerta principal. Los propietarios habían escapado de los usureros y querían dar el cachorro a alguien que tuviera la amabilidad de salvar a su viejo cachorro.

Volver a casa

Peter se dio cuenta de que el destino había elegido al cachorro. No era casualidad que hubiera entrado en su jardín, había una conexión especial entre él y el cachorro. Se alegró de haberle salvado, así que decidió irse a casa con él.

A partir de ese momento, Pedro nunca lo abandonó. Incluso hoy en día pasan los días juntos jugando y divirtiéndose. Peter no podría estar más agradecido de tener un cachorro tan maravilloso a su alrededor.