Un desconocido da una lección a un adolescente por negarse a mover las piernas en el metro

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No todos tenemos el lujo de tener nuestro propio coche para ir y volver del trabajo a casa cada día. Por eso el transporte público es fantástico, porque nos facilita la vida a los que no tenemos coche.

Sin embargo, esto implica que aquellos que no se sienten obligados a mostrar respeto a los demás se verán obligados a enfrentarse a nosotros, de alguna u otra manera. No podrán evitarlo.