Cuando Kathryn van Beek vio a un pequeño gatito buscando desesperadamente a su madre, nunca habría imaginado el extraño giro que tomarían las cosas hasta el punto de hacerse una historia viral.

En las semanas siguientes al oportuno rescate, el pelaje del gatito huérfano empezó a volverse irregular y oscuro. Ahora, mientras Van Beek lo veía crecer, no había duda: su color estaba cambiando mágicamente ante sus propios ojos.