Independientemente de las tragedias, los desastres naturales o las crisis existenciales que pueda atravesar el mundo, vivir bajo tierra nunca parece un paso en la dirección correcta. Al igual que las plantas, necesitamos sol, aire y agua, y la vida bajo la superficie no tiene precisamente las mejores vistas.

Estos obstáculos no impidieron a los habitantes de Coober Pedy (Australia) abandonar la superficie. Durante años, toda la comunidad ha residido en viviendas en las profundidades del suelo. Un vistazo a la próspera ciudad hace evidente por qué la gente de Down Under se trasladó a la superficie.