Este sitio natural clasificado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO ha sido completamente desfigurado después de un gran terremoto…

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Escondido en el noroeste de China, a 300 km de Chengdu, en la provincia de Sichuan, un sitio excepcional de rara belleza y preciosamente conservado atrae cada año a los verdaderos amantes de la naturaleza. Este lugar se llama el Valle de Jiuzhaigou (九寨沟), que toma su nombre de los nueve (九) pequeños pueblos tibetanos que pueblan los alrededores (寨沟).

Mientras que muchos turistas dirigen su atención a los famosos puntos de referencia del Reino Medio como la Ciudad Prohibida en Beijing, la vista del distrito de Pudong con la famosa Perla Oriental en Shanghai o el ejército de terracota en Xi’An, otros lugares cuidadosamente protegidos merecen igualmente una visita. Es el caso, en particular, del Valle del Jiuzhaigou, un parque nacional clasificado en 1992 como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y que se incorporó a la Red Mundial de Reservas de la Biosfera de la UNESCO en 1993.

El valle del Jiuzhaigou es un lugar de excepcional belleza, que presenta paisajes completamente diferentes según las estaciones: paisajes luminosos en primavera y otoño, salpicados por un azul y un verde intensos en verano, y completamente congelados y como suspendidos en invierno.

El sitio abunda en pequeños lagos calcificados cuyo pasaje de agua ha tallado las cavidades y enormes cascadas. Gracias a su riqueza en minerales y al suelo calcáreo sobre el que descansa, el agua del valle aparece límpida y de color azul turquesa, para deleite de los ojos.

Sin embargo, el 8 de agosto de 2017, un desastre natural devastó la zona: un gran terremoto de magnitud 7 destruyó gran parte de la región, matando a 25 personas, hiriendo a 525 y causando grandes daños a los pueblos de los alrededores, incluida la ciudad de Zhangzha.

La reconstrucción del sitio incluido en la Lista comenzó en noviembre de 2017, en particular, comenzando la construcción de un muro de protección en la ladera de la montaña, la reconstrucción de las carreteras que conducen al valle y la seguridad de los sitios principales. El parque reabrió brevemente en marzo de 2018 con un número limitado de visitantes antes de volver a cerrar el sitio debido a las fuertes lluvias que amenazaban con debilitar la todavía frágil topografía del lugar. Desde septiembre de 2018, el valle vuelve a estar abierto a un número limitado de turistas y sólo en salidas organizadas por agencias.

Afortunadamente, los esfuerzos realizados para restaurar la belleza del sitio han permitido a los visitantes volver al valle casi en las mismas condiciones que antes del desastre. Se espera que el sitio y las tiendas y hoteles de los alrededores vuelvan lentamente a la actividad normal durante este año (2020).