¿Quién no ha soñado nunca con encontrar un tesoro escondido y descubrir sus secretos? Y aún mejor, descubrir uno enterrado en el fondo de su jardín… Esta es la aventura que ha vivido un tal Matthew Emanuel, un americano de Staten Island cerca de Nueva York.

Durante varios años, Matthew no había prestado atención a esa pequeña caja oxidada que estaba plantada en el césped de su casa. Nunca se le ocurrió abrirlo para ver qué había dentro, pensando que era sólo un armario eléctrico. Lo que no sabía era que este increíble descubrimiento cambiaría su vida aún más de lo que podría haber imaginado.