Cuando Samantha Snipes tenía ocho meses de embarazo, decidió hacer un viaje espontáneo. No sólo el camino que la llevó a este punto había sido difícil, sino que viajar durante un embarazo intenso no resultó una tarea fácil. Casi en el punto de agotamiento emocional y físico completo, terminó perdiendo su vuelo de conexión en ese fatídico día.
Por casualidad, fue reservada en un vuelo diferente en el último momento. Sin embargo, lo que Samantha no sabía cuando abordó el avión fue que una increíble cadena de eventos acababa de ponerse en marcha; eventos que cambiarían el destino de su vida, y la de su hijo por nacer, para siempre.