Excavando un antiguo cementerio
El equipo liderado por el renombrado egiptólogo Zahi Hawass, activo desde 2010, ha estado excavando incansablemente un sitio dentro del antiguo cementerio de Saqqara. Este extenso refugio arqueológico, situado a lo largo de la orilla occidental del río Nilo, es un tesoro lleno de historia y misterio. A lo largo de los años, los arqueólogos han profundizado bajo las arenas de Saqqara, descubriendo una multitud de fascinantes reliquias que ofrecen vislumbres de una era largamente desaparecida.
Sin embargo, lo que Hawass y su equipo han descubierto recientemente podría eclipsar potencialmente todos los hallazgos anteriores. Este descubrimiento no es solo otra adición a la rica trama de la arqueología egipcia, sino una revelación revolucionaria que podría remodelar nuestra comprensión del mundo antiguo. La importancia de este descubrimiento no puede ser exagerada, ya que promete desentrañar algunos de los enigmas perdurables de la civilización egipcia y agregar un nuevo capítulo a la historia de esta antigua tierra.
Conexión extraña
El hecho de que el último descubrimiento en Saqqara se considere notable es verdaderamente significativo, dada la historia del sitio de hallazgos impresionantes. Entre estos se encuentran un enorme cementerio de animales y una colección de docenas de momias que datan de hace 2,000 años. Estos hallazgos en sí mismos son extraordinarios, mostrando la compleja relación que los antiguos egipcios tenían con los animales y el más allá.
Curiosamente, los arqueólogos que desenterraron los aproximadamente ocho millones de restos de animales creían que estas criaturas desempeñaban un papel espiritual, posiblemente sirviendo como mensajeros que llevaban las oraciones de sus amos al más allá. Esta conexión entre las vidas después de la muerte de los animales y los humanos proporciona una visión fascinante de las creencias y rituales de los antiguos egipcios. Además, subraya la naturaleza completa y meticulosa de las prácticas de entierro egipcias, que veneraban tanto a los vivos como a los fallecidos en un ciclo de vida eterna y viajes espirituales.
Nueva verdad sobre el antiguo Egipto
Después de más de una década de meticuloso trabajo y exploración, el Ministerio de Turismo y Antigüedades ha anunciado orgullosamente un gran avance en las excavaciones. Bajo la guía de Zahi Hawass, su equipo se adentró en los oscuros y olvidados recovecos debajo de la vasta necrópolis y descubrió muchos secretos que habían sido perdidos en el tiempo. Aunque estos hallazgos no incluyeron un fabuloso tesoro de valor incalculable, revelaron objetos inquietantes y fascinantes que arrojan nueva luz sobre el antiguo mundo egipcio.
Estos artefactos, entrelazados con los muertos, cuentan una historia fascinante sobre las costumbres, creencias y vidas cotidianas de aquellos que una vez caminaron por la tierra de los faraones. Este descubrimiento no solo enriquece nuestra comprensión de la historia egipcia, sino que también nos acerca a desentrañar los misterios de una civilización que ha cautivado la imaginación del mundo durante mucho tiempo.
Cementerio para Memphis
Saqqara, ubicada aproximadamente a 20 millas fuera del Cairo moderno, tiene una historia que se entrelaza con la antigua ciudad de Memphis. Esta Memphis, muy alejada de su homónima en Tennessee, fue fundada alrededor del 2925 a.C. y está impregnada de leyendas y tradiciones. Sirvió como la capital del faraón Menes, el legendario gobernante que unió los reinos Superior e Inferior de Egipto, inaugurando así la Primera Dinastía.
Como ciudad de gran importancia política y cultural, Memphis se convirtió en un punto focal para el desarrollo de la civilización egipcia antigua. Su proximidad a Saqqara hizo de la necrópolis un lugar privilegiado para los entierros, sirviendo como un espejo de la grandeza e importancia de la ciudad. Las historias entrelazadas de Memphis y Saqqara ofrecen una visión fascinante de la evolución de la sociedad egipcia antigua y las complejas relaciones entre sus ciudades de los vivos y ciudades de los muertos.
Tumba para altos funcionarios
Se cree que las tumbas más antiguas descubiertas en Saqqara datan de la Primera Dinastía, un período que marca el amanecer de un Egipto unificado. Inicialmente, la necrópolis no servía como el lugar de descanso final de los faraones, sino como un cementerio para altos funcionarios y dignatarios. Los entierros reales se realizaban tradicionalmente en Abydos, a unas 330 millas al sur. Esta distinción entre la necrópolis de Memphis y Abydos resalta la jerarquía social estructurada y la reverencia que se tenía por los espacios sagrados en el antiguo Egipto.
Con el tiempo, a medida que se producían cambios dinásticos y culturales, la importancia de Saqqara evolucionó, reflejando la naturaleza fluida de las prácticas de entierro del antiguo Egipto. Esta transición de un sitio reservado para funcionarios a un cementerio real subraya la creciente importancia de la necrópolis y los cambios en las percepciones de la vida después de la muerte en la cultura egipcia.
Un cambio en la tradición
La transformación de Saqqara en un lugar de entierro preferido para la realeza egipcia representa un cambio significativo en las costumbres de entierro antiguas. Algunos estudiosos sugieren que este cambio pudo haberse originado tan temprano como en el siglo 29 a.C., durante la Segunda Dinastía, con el entierro del Rey Hotepsekhemwy. Aunque la ubicación exacta de su tumba sigue siendo un misterio, se cree ampliamente que se encuentra dentro de los confines de la necrópolis de Memphis.
Este cambio gradual de Abydos a Saqqara para los entierros reales significa la evolución de las dinámicas religiosas y culturales de la época. También refleja el cambiante panorama político, con Memphis y sus alrededores ganando prominencia como centro de poder. El entierro de un rey en Saqqara marcó un punto de inflexión, elevando el estatus de la necrópolis y estableciendo un precedente para futuros entierros reales.
La Tercera Dinastía, particularmente bajo el reinado del Rey Djoser, marcó una época dorada para Saqqara ya que realmente cobró prominencia como un cementerio real. Djoser, con la ayuda de su brillante arquitecto Imhotep, ideó y ejecutó un monumental complejo conmemorativo dentro de la necrópolis. Este complejo fue coronado por una revolucionaria pirámide de 200 pies, una estructura que redefinió la arquitectura y la práctica religiosa del antiguo Egipto.
La Tercera Dinastía, particularmente bajo el reinado del Rey Djoser, marcó una época dorada para Saqqara ya que realmente cobró prominencia como un cementerio real. Djoser, con la ayuda de su brillante arquitecto Imhotep, ideó y ejecutó un complejo conmemorativo monumental dentro de la necrópolis. Este complejo fue coronado por una revolucionaria pirámide de 200 pies, una estructura que redefinió la arquitectura y la práctica religiosa del antiguo Egipto.
El diseño y construcción de esta pirámide, una hazaña notable para su época, simbolizaba el estatus divino del faraón y su viaje al más allá. El genio arquitectónico de Imhotep no solo creó un legado duradero para Djoser, sino que también estableció un nuevo estándar para las tumbas y templos reales, influyendo en las generaciones posteriores. Por lo tanto, el complejo de Djoser representa un momento crucial en la historia de Saqqara, transformándolo en un sitio de innovación arquitectónica y significado religioso.
El edificio de piedra tallada más antiguo del mundo
Hoy en día, la Pirámide de Djoser se erige como un testimonio de la ingeniosidad antigua y el amanecer de la arquitectura monumental. Reconocida como la estructura de piedra tallada a gran escala más antigua del mundo, sirve como un hito en la evolución de la construcción de pirámides. Este edificio pionero probablemente inspiró las pirámides más famosas de Giza, ubicadas a solo 10 millas al norte. La Pirámide de Djoser no solo ocupa un lugar especial en la historia de Saqqara, sino también en la narrativa más amplia del logro arquitectónico humano.
Su construcción marcó un salto en ingeniería y diseño, mostrando las habilidades avanzadas y la visión ambiciosa de los antiguos egipcios. El impacto duradero de la pirámide en las estructuras posteriores, particularmente las icónicas pirámides de Giza, resalta la interconexión de los desarrollos arquitectónicos egipcios y el legado perdurable de la Tercera Dinastía.
Pirámides para los muertos
Saqqara continuó evolucionando y creciendo como necrópolis real durante las dinastías subsiguientes. En la Cuarta Dinastía, el rey Shepseskaf encargó notablemente una tumba única, la Mastabat al-Fir’aun, con forma de un gigantesco ataúd. Esta desviación del estilo tradicional de pirámide mostró la diversidad y creatividad en el diseño de tumbas reales. La Quinta Dinastía vio un resurgimiento de la construcción de pirámides en Saqqara, con varios gobernantes erigiendo sus propias pirámides como memoriales eternos.
Fue durante esta dinastía, bajo el reinado del Rey Unas, que comenzó una tradición significativa, una que influiría en las prácticas de entierro egipcias durante más de un milenio. Unas inició la práctica de inscribir las paredes de las pirámides con textos religiosos, conocidos como Textos de las Pirámides, que estaban destinados a ayudar en el viaje del rey fallecido al más allá. Esta tradición no solo enriqueció el significado cultural y religioso de las pirámides, sino que también proporcionó valiosos conocimientos sobre las creencias y prácticas del antiguo Egipto.
Primeras inscripciones en monumentos
Unas, ascendiendo al poder alrededor del 2465 a.C., ocupa un lugar especial en la historia de los antiguos faraones egipcios. Notablemente, fue el primero en tener el interior de su pirámide en Saqqara inscrita con imágenes y palabras simbólicas, un movimiento pionero en las prácticas funerarias. Estas inscripciones, conocidas como los Textos de las Pirámides, fueron un avance significativo en la expresión religiosa egipcia, ofreciendo oraciones y hechizos para ayudar al viaje del faraón en el más allá. Con el tiempo, estos textos evolucionaron y fueron adoptados por los faraones subsiguientes, integrándose en la tradición funeraria egipcia.
Su influencia se extendió hasta bien entrada la era del Nuevo Reino, que concluyó en el siglo XI a.C., marcando una tradición que abarcó casi un milenio. Los Textos de las Pirámides no son solo artefactos históricos; son una puerta al mundo espiritual y filosófico del antiguo Egipto, reflejando la naturaleza evolutiva de sus creencias sobre la muerte y la vida después de la muerte. Estos textos, con su mezcla de magia y religión, ofrecen valiosas perspectivas sobre la cosmovisión del antiguo Egipto, arrojando luz sobre su compleja comprensión del cosmos y la vida después de la muerte.
Compartiendo un lugar de descanso
La importancia de Saqqara como lugar de entierro se extendió más allá de los faraones. Desde la Primera Dinastía, sirvió como lugar de descanso final para los nobles egipcios, evidente en las numerosas tumbas menos elaboradas, o mastabas, dispersas por toda la necrópolis. Estas estructuras, típicamente hechas de ladrillos de barro, estaban adornadas con grabados que representaban vívidamente escenas de la vida cotidiana, inmortalizando las costumbres y actividades de la época. Estas mastabas, aunque menos grandiosas que las pirámides, tienen un inmenso valor histórico, proporcionando perspectivas sobre las jerarquías sociales, el estilo de vida y las sensibilidades artísticas de la sociedad egipcia antigua.
Su existencia junto a las tumbas más majestuosas de los faraones ilustra la diversidad de prácticas de entierro en el antiguo Egipto, reflejando una sociedad que valoraba el recuerdo y el respeto por los difuntos en todos los estratos sociales. Los diseños intrincados y los motivos en estas tumbas ofrecen una ventana al mundo de la élite egipcia, arrojando luz sobre sus vidas cotidianas, prácticas culturales y el estatus que tenían dentro del complejo tejido social de su época.
El regreso de Saqqara
La era del Reino Medio, anunciada por el fin de la 11ª Dinastía, marcó un cambio crucial en el panorama político de Egipto. Este período vio una desviación de Saqqara como el principal lugar de entierro real, dando preferencia a otras ubicaciones. Sin embargo, este abandono no fue permanente. Siglos después, Saqqara experimentó un renacimiento, recuperando su estatus como una necrópolis prestigiosa. Este renacimiento subraya la naturaleza cíclica de la importancia cultural y religiosa en el antiguo Egipto, donde los sitios podían caer en desgracia solo para ser reverenciados una vez más en el futuro.
La fluctuante importancia de Saqqara a lo largo de la historia de Egipto es un testimonio de las siempre cambiantes prioridades y creencias de su gente. Este resurgimiento también destaca el legado perdurable del sitio, manteniendo su relevancia y prestigio a través de diferentes periodos dinásticos y sirviendo como un puente entre los mundos antiguo y moderno.
Entierros de la 18ª Dinastía
El surgimiento del Nuevo Reino, particularmente durante la 18ª Dinastía, marcó un resurgimiento en la influencia y prominencia de Menfis. Durante este período, altos funcionarios e influyentes figuras regresaron a Saqqara para construir sus tumbas, reafirmando el estatus de la necrópolis como un importante sitio de entierro. Entre los enterrados aquí se encontraban figuras notables como Thutmose, el artista, y Maia, la nodriza de Tutankamón. Estos entierros reflejan la ampliación del alcance de aquellos considerados dignos de descansar en Saqqara, expandiéndose más allá de la realeza para incluir a individuos que desempeñaron roles fundamentales en la corte real y la sociedad.
La inclusión de estas figuras en los sagrados terrenos de Saqqara subraya el papel del sitio como repositorio de la rica y diversa historia de Egipto, capturando las historias de personalidades influyentes más allá de los faraones. También resalta las percepciones en evolución del honor y el prestigio en la sociedad egipcia antigua, donde las contribuciones al arte, la cultura y el servicio real eran cada vez más reconocidas y conmemoradas.
Un lugar de peregrinación
Tras el declive del Nuevo Reino, Memphis, que una vez fue una ciudad bulliciosa e influyente, comenzó a perder importancia. A su paso, otras ciudades cobraron protagonismo, alterando el panorama político y cultural de Egipto. Como resultado, Saqqara experimentó una transformación de ser un principal campo de entierro a un centro de peregrinación para varios cultos emanados de la necrópolis.
Sin embargo, incluso en este período de declive, Saqqara continuó siendo un sitio de significado arquitectónico y conmemorativo, con monumentos como los que celebraban a los grandes pensadores del período Ptolemaico siendo erigidos. Este cambio de un sitio de entierro a un destino de peregrinación ilustra la adaptabilidad del sitio y la reverencia duradera que comandaba. También arroja luz sobre las dinámicas prácticas religiosas de la época, donde surgieron nuevas formas de adoración y veneración, manteniendo el sitio vivo con actividad cultural y espiritual.
Saqqara Abandonada
Con la caída de las dinastías egipcias, Saqqara sucumbió a los estragos del tiempo, permaneciendo dormida y olvidada durante más de un milenio. Sus magníficas pirámides y tumbas, que una vez bullían con construcciones y ceremonias, se convirtieron en silenciosos guardianes de los secretos de la historia. Sin embargo, el siglo XIX trajo un nuevo tipo de atención a Saqqara, ya que arqueólogos sin escrúpulos comenzaron a desenterrar y saquear sus tesoros. Los artefactos que descubrieron fueron dispersados a museos de todo el mundo, despertando una fascinación global con la cultura egipcia antigua pero también generando preocupaciones sobre la preservación de los sitios históricos.
Este período de saqueo y dispersión de artefactos subraya la compleja relación entre el descubrimiento y la preservación, destacando los desafíos que se enfrentan al proteger y respetar el patrimonio antiguo. La distribución global de los artefactos de Saqqara, aunque contribuye a la apreciación más amplia de la historia egipcia, también significó una pérdida para Egipto, ya que partes de su rico pasado fueron dispersadas por los continentes.
Esfuerzos de preservación
En medio del tumulto y el saqueo, hubo esfuerzos para preservar y documentar la historia de Saqqara. Destaca entre estos el trabajo del arqueólogo prusiano Karl Richard Lepsius, quien visitó la necrópolis en 1842. Lepsius emprendió la tarea crítica de catalogar las tumbas, proporcionando valiosos registros incluso mientras otros buscaban desmantelar el sitio para beneficio personal. Su trabajo sentó las bases para futuros esfuerzos arqueológicos y ayudó a salvaguardar el conocimiento de los tesoros de Saqqara.
Unos años después, el egiptólogo francés Auguste Mariette profundizó en este esfuerzo de preservación al localizar el lugar de entierro de varios toros Apis, animales sagrados en la cultura egipcia antigua. Estos primeros esfuerzos de documentación y descubrimiento jugaron un papel crucial en la comprensión moderna de Saqqara, destacando la importancia de la investigación arqueológica en el descubrimiento y preservación del pasado.
Una excavación oficial comienza en los años 70
Sorprendentemente, no fue hasta la década de 1970 que comenzó un programa formal y sistemático de excavación en Saqqara. Encabezado por la Sociedad de Exploración de Egipto en Londres y dirigido por el arqueólogo Geoffrey Martin, esta iniciativa marcó un punto de inflexión en la exploración de la antigua necrópolis. Estas excavaciones comenzaron a desvelar las capas de la historia, revelando el rico y complejo tapiz del pasado de Saqqara. El trabajo realizado por Martin y su equipo abrió nuevos capítulos en la comprensión de las prácticas de entierro del antiguo Egipto, la arquitectura y el arte.
Este continuo esfuerzo arqueológico, que abarca varias décadas, ha desenterrado continuamente nuevos descubrimientos, cada uno añadiendo a la profundidad y amplitud del conocimiento sobre este enigmático sitio. La dedicación y perseverancia de estos arqueólogos no solo han enriquecido el campo de la egiptología, sino que también han cautivado la imaginación de personas alrededor del mundo, atrayendo la atención hacia las maravillas del antiguo Egipto.
El legado de Zahi Hawass
A lo largo de los años, Saqqara ha atraído a una miríada de prominentes arqueólogos, cada uno contribuyendo a desentrañar sus secretos. Entre ellos, Zahi Hawass destaca como una figura particularmente renombrada, responsable de algunas de las revelaciones más significativas recientes. Nacido cerca de Damietta en el norte de Egipto, Hawass se ha convertido en un nombre familiar en el campo de la arqueología, conocido por su personalidad carismática y su profunda pasión por el antiguo patrimonio de Egipto. Su trabajo ha sido fundamental para devolver la disciplina de la egiptología al centro de atención en Egipto, fomentando un renovado sentido de orgullo nacional e interés en la rica historia del país.
Los descubrimientos de Hawass en Saqqara no solo han arrojado luz sobre aspectos previamente desconocidos de la cultura egipcia antigua, sino que también han inspirado a una nueva generación de egipcios a explorar y preservar su patrimonio. Sus contribuciones van más allá de la mera excavación; representan un puente entre el pasado y el presente, asegurando que el legado de las antiguas civilizaciones de Egipto continúe siendo celebrado y comprendido.
Una pasión por el pasado
El viaje de Zahi Hawass para convertirse en un arqueólogo reconocido es una historia de pasión y transformación. Inicialmente persiguiendo una carrera en derecho, encontró su verdadera vocación en los campos de la arqueología griega y romana, graduándose de la Universidad de Alejandría en 1967. Su carrera tomó un giro significativo cuando se unió al Departamento de Antigüedades, ahora el Consejo Supremo de Antigüedades (SCA), donde desarrolló una profunda apreciación por el antiguo pasado de Egipto. Este momento crucial marcó el comienzo de la dedicación de Hawass a descubrir y preservar los misterios de su tierra natal durante toda su vida.
Los descubrimientos de Hawass en Saqqara no solo han arrojado luz sobre aspectos previamente desconocidos de la cultura egipcia antigua, sino que también han inspirado a una nueva generación de egipcios a explorar y preservar su patrimonio. Sus contribuciones van más allá de la mera excavación; representan un puente entre el pasado y el presente, asegurando que el legado de las antiguas civilizaciones de Egipto continúe siendo celebrado y comprendido.
Tomando el control de Saqqara
Zahi Hawass, después de obtener su educación básica en Egipto, continuó sus estudios académicos en la Universidad de Pensilvania en los Estados Unidos, donde obtuvo un doctorado en Egiptología. Este logro en 1987 marcó un hito significativo en su carrera, dotándolo de un amplio conocimiento y experiencia en su campo. Al regresar a Egipto, asumió el cargo de director general de antigüedades, una posición que le confió la custodia de varios sitios arqueológicos clave, incluyendo la históricamente rica necrópolis de Saqqara.
Su regreso a Egipto simbolizó no solo un regreso personal, sino también el retorno de un erudito preparado para hacer contribuciones sustanciales en el campo de la egiptología. En Saqqara, Hawass estaba listo para adentrarse en uno de los sitios más enigmáticos y llenos de tesoros de Egipto, un lugar que había cautivado a historiadores y arqueólogos durante generaciones. Su papel de liderazgo en la gestión de estos sitios antiguos fue crucial, marcando el comienzo de una nueva era en la arqueología egipcia, una que vería numerosos descubrimientos revolucionarios bajo su guía.
Descubriendo a los constructores de Giza
En 1990, Hawass hizo un descubrimiento revolucionario que sentaría las bases para sus futuros logros. Desenterró las tumbas de los trabajadores que construyeron las icónicas pirámides de Giza, un hallazgo que contribuyó significativamente a nuestra comprensión de la sociedad egipcia antigua y sus monumentales hazañas arquitectónicas. Este descubrimiento sirvió como un fuerte contraargumento a las numerosas teorías extravagantes que circulaban sobre la construcción de las pirámides.
El trabajo de Hawass no solo ofreció evidencia concreta sobre la vida de los constructores de las pirámides, sino que también reforzó la autenticidad y credibilidad de los estudios egiptológicos. Sus esfuerzos para desacreditar los mitos que rodean a las pirámides elevaron su reputación internacional, posicionándolo como una autoridad líder en el campo. Este descubrimiento subrayó la importancia de la investigación basada en evidencias en arqueología, desafiando conceptos erróneos arraigados y abriendo nuevas vías para entender la civilización del antiguo Egipto.
Valle de las Momias Doradas
Los últimos años de la década de 1990 marcaron otro hito significativo en la carrera de Hawass con el descubrimiento del Valle de las Momias Doradas en el Oasis de Bahariya en Egipto. Esta vasta colección de restos humanos preservados proporcionó una visión sin precedentes de las prácticas y creencias funerarias del antiguo Egipto. La magnitud y significado de este hallazgo fueron profundos, atrayendo la atención y el reconocimiento internacional. Tras este extraordinario descubrimiento, en 2002, Hawass fue nombrado Secretario General del Consejo Supremo de Antigüedades (SCA), un testimonio de su experiencia y liderazgo en el campo.
Esta cita lo colocó a la vanguardia de los esfuerzos arqueológicos de Egipto, permitiéndole dirigir e influir en la dirección de la investigación y preservación egiptológica. Su mandato como Secretario General marcó un período de intensa actividad arqueológica y descubrimientos significativos, consolidando aún más su reputación como una figura preeminente en el mundo de la egiptología.
Abriendo camino una vez más
Uno de los proyectos más intrigantes supervisados por Hawass comenzó en 2010, centrado en un sitio de excavación dentro de la necrópolis de Saqqara. Situado junto a la pirámide de Teti, un faraón de la Sexta Dinastía de Egipto, este sitio prometía ofrecer perspectivas sobre un período relativamente menos explorado de la historia del antiguo Egipto. El proyecto en Saqqara, cubierto por medios de comunicación como CBS News, destacó la importancia continua del sitio para entender las complejidades de la civilización del antiguo Egipto.
La proximidad de la excavación a la pirámide de Teti sugería posibles conexiones con la Sexta Dinastía, ofreciendo la posibilidad de descubrir nueva información sobre los gobernantes de esta era. Esta excavación representaba una continuación del compromiso de Hawass para descubrir el pasado de Egipto, con cada hallazgo contribuyendo a una comprensión más completa del mundo antiguo.
Una nueva pirámide
La excavación en Saqqara pronto llevó al descubrimiento de un segundo monumento, indicando la extensa riqueza histórica del sitio. En enero de 2021, Hawass reveló a los medios que esta estructura adicional era una pirámide, situada junto a la del Rey Teti, y se creía que pertenecía a una reina. Sin embargo, la ausencia de un nombre dentro de la pirámide presentó un misterio intrigante, provocando una investigación más profunda. Este descubrimiento fue significativo, no solo por su potencial para arrojar luz sobre la identidad de la reina, sino también por lo que podría revelar sobre las dinámicas sociales y políticas de la época.
La proximidad de la pirámide de la reina a la del Rey Teti sugería una relación cercana, posiblemente matrimonial, ofreciendo perspectivas sobre las estructuras familiares reales y las prácticas de sucesión. El descubrimiento de esta pirámide junto a la de Teti fue un testimonio del potencial arqueológico en curso de Saqqara, un sitio que continuaba revelando secretos del pasado del antiguo Egipto.
Una década de búsqueda
A lo largo de la próxima década, Hawass y su equipo se dedicaron a explorar el área alrededor de esta pirámide recién descubierta. Su objetivo no era solo determinar la identidad de su enigmático dueño, sino también desenterrar el contexto histórico más amplio del sitio. Esta excavación formaba parte de un programa más grande de investigación arqueológica en Saqqara, destinado a descubrir una gran cantidad de reliquias antiguas y profundizar nuestra comprensión de la necrópolis.
La persistencia y meticulosidad de estos esfuerzos subrayaron el compromiso de Hawass y su equipo para explorar exhaustivamente las profundidades ocultas de Saqqara. La naturaleza continua de estas excavaciones indicaba la vasta y estratificada historia del sitio, prometiendo revelaciones sobre las vidas, creencias y prácticas de aquellos que habitaban y eran conmemorados allí. La exploración de esta nueva pirámide, en particular, tenía el potencial de desvelar más secretos sobre la necrópolis, añadiendo a la rica trama de conocimientos sobre la civilización egipcia antigua.
Identificando a la misteriosa reina
En enero de 2021, Hawass y su equipo revelaron los descubrimientos de su última ronda de excavaciones en Saqqara, que habían arrojado hallazgos significativos. Apenas un mes antes, los investigadores habían localizado un templo mortuorio asociado con la pirámide recién descubierta. La presencia de este templo fue un descubrimiento crucial, ya que los templos mortuorios desempeñaban un papel integral en las prácticas funerarias del antiguo Egipto, sirviendo como sitios para rituales y ofrendas. El aspecto más impactante de este descubrimiento fue la identificación del ocupante de la tumba.
Dos inscripciones separadas, una en la pared del templo y otra en un obelisco caído cercano, revelaron el nombre del individuo enterrado. Esta identificación marcó un avance significativo en la comprensión del sitio y proporcionó una conexión tangible con las personas que vivieron durante este período. El descubrimiento de estas inscripciones fue un testimonio del meticuloso trabajo de los arqueólogos y subrayó la importancia de la epigrafía para desentrañar los misterios del mundo antiguo.
Reina Neit
Las inscripciones encontradas dentro del templo mortuorio y en el obelisco caído fueron fundamentales para identificar al ocupante de la pirámide. Ambos llevaban el nombre de la Reina Neit, que se cree fue la esposa del Rey Teti. Antes de este descubrimiento, se sabía poco sobre la Reina Neit, lo que hace que esta revelación sea particularmente significativa. Arrojó luz sobre una figura previamente oscura en la historia del antiguo Egipto, ofreciendo nuevas perspectivas sobre la familia real de la Sexta Dinastía.
El descubrimiento del nombre de la Reina Neit fue un avance, llenando un vacío en el registro histórico y contribuyendo a una comprensión más completa de las estructuras políticas y familiares de la época. El desvelamiento de su identidad también destacó el papel de las mujeres en la realeza egipcia antigua, proporcionando una visión del estatus e influencia que tenían. Este hallazgo en Saqqara subrayó la capacidad continua de la necrópolis para sorprender y educar, revelando historias e identidades que habían sido perdidas en la historia.
No es el único descubrimiento…
Hablando con CBS News, Hawass expresó su emoción y sorpresa por el descubrimiento del templo de la Reina Neit. Enfatizó la importancia de agregar esta pieza importante a la historia egipcia, reconociendo el estado previamente desconocido de la Reina Neit. El descubrimiento de su templo, junto con las inscripciones, fue un logro monumental, destacando el potencial continuo de Saqqara como un sitio de descubrimiento histórico. Sin embargo, este no fue el único hallazgo significativo del equipo de Hawass. En las cercanías del templo, también descubrieron los restos de tres almacenes de ladrillos de barro.
Estas estructuras probablemente se usaron para almacenar ofrendas para el Rey Teti y la Reina Neit, indicando la continua veneración de estas figuras mucho después de sus muertes. El descubrimiento de estos almacenes proporcionó valiosos conocimientos sobre las prácticas económicas y religiosas de la época, ilustrando el complejo sistema de bienes y ofrendas que respaldaban los cultos reales.
Descubriendo pozos de entierro
Un lugar para realeza
En las cercanías de la pirámide, descubrieron más de 50 pozos de entierro que se extendían bajo la necrópolis. Estos pozos, ricos en significado histórico y arqueológico, ofrecieron una ventana a las costumbres y prácticas de entierro del antiguo Egipto, proporcionando una comprensión más profunda de la naturaleza compleja y multifacética de Saqqara como un lugar de eterno descanso. Los continuos descubrimientos en Saqqara demostraron la riqueza perdurable del sitio y su capacidad para revelar secretos del mundo antiguo, continuando fascinando y educando a generaciones de arqueólogos e historiadores.
Ataúdes o sarcófagos
Los pozos de enterramiento descubiertos en Saqqara por el equipo de Zahi Hawass representan un hallazgo arqueológico notable. Según informó CBS, estos pozos, que miden entre 30 y 40 pies de profundidad, contenían una serie de ataúdes o sarcófagos de madera elaborados con gran detalle. Los expertos han fechado estos artefactos en aproximadamente 3,000 años atrás, ubicándolos en la era del Nuevo Reino de la historia egipcia. El descubrimiento de estos pozos y su contenido es significativo, ya que ofrece una visión de las prácticas de enterramiento y la artesanía artística de este período.
El Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto ha expresado que estos artefactos son excepcionalmente únicos, enfatizando su importancia para entender la cultura y las tradiciones funerarias del antiguo Egipto. La presencia de estos ataúdes tan bien conservados sugiere que estos pozos fueron diseñados para ser un lugar de descanso final de alta importancia, posiblemente para individuos de estatus o riqueza significativos. Este descubrimiento en Saqqara añade otra capa a nuestra comprensión de la evolución de las prácticas de entierro en el antiguo Egipto, mostrando las formas intrincadas y respetuosas en las que se conmemoraba a los muertos.
Posibles miembros de una secta
Según el equipo de Hawass, el descubrimiento de estos antiguos ataúdes en Saqqara marca un hito en la historia del sitio. La antigüedad de los sarcófagos, que se remonta a la época del Nuevo Reino, es particularmente notable, ya que sugiere un uso continuo de Saqqara como sitio de entierro a lo largo de diferentes períodos de la historia egipcia. Pero surge la pregunta: ¿a quién pertenecían estos ataúdes? Owen Jarus, un escritor de arqueología para Live Science, especuló en un artículo de enero de 2021 que los sarcófagos podrían haber sido destinados para seguidores de un culto dedicado a la adoración del Faraón Teti.
La existencia de tal culto no sería inusual en el antiguo Egipto, donde los faraones a menudo eran divinizados y adorados mucho después de sus muertes. El deseo de ser enterrado cerca de un faraón reverenciado como Teti indica la influencia duradera que estos gobernantes tenían sobre sus súbditos, incluso en la muerte. Por lo tanto, el descubrimiento de estos sarcófagos proporciona valiosos conocimientos sobre las creencias y prácticas religiosas de la época, así como la reverencia otorgada a ciertos faraones.
Un lugar de honor
Los escritos de Jarus revelan que el culto dedicado a Teti surgió en Egipto tras la muerte del faraón y posiblemente persistió hasta un milenio. Esta longevidad subraya el profundo impacto y reverencia que Teti comandaba incluso después de su muerte. Ser enterrado cerca de la tumba de Teti se consideraba un gran honor, reflejando la creencia arraigada en el poder e influencia continuos del faraón en el más allá. La popularidad de los pozos de entierro entre los devotos de Teti resalta la importancia del culto y la naturaleza aspiracional de estos entierros.
Estas prácticas ilustran la interrelación de la religión, la política y el estatus social en el antiguo Egipto, donde la proximidad a una figura venerada en la muerte se consideraba beneficiosa para la vida después de la muerte. Por lo tanto, el descubrimiento de estos pozos no solo arroja luz sobre las prácticas de entierro, sino también sobre las dinámicas religiosas y culturales de la época, proporcionando una comprensión más profunda de los valores y creencias de la sociedad.
Raro sarcófago de piedra caliza
Más allá de los sarcófagos, había más tesoros esperando ser descubiertos en las profundidades de Saqqara. En enero de 2021, el equipo de Hawass descubrió otro túnel debajo del sitio, aumentando el misterio de esta antigua necrópolis. Según informó CBS News, Hawass reveló el hallazgo de un gran sarcófago de piedra caliza dentro de uno de los pozos, un descubrimiento que describió como sin precedentes. La anticipación de descubrir otro sarcófago la semana siguiente aumentó aún más la emoción en torno a la excavación.
Estos descubrimientos indicaron que la necrópolis aún guardaba muchos secretos, esperando ser desenterrados por los arqueólogos. La presencia de un sarcófago de piedra caliza, en particular, sugería que individuos de alto estatus eran enterrados aquí, ofreciendo un vistazo tentador a las vidas y muertes de aquellos que fueron parte de la era de Teti. Cada nuevo hallazgo en Saqqara no solo contribuye a nuestra comprensión de las costumbres funerarias del antiguo Egipto, sino que también pinta un cuadro más rico de la sociedad que creó estos elaborados lugares de descanso.
Artefactos fascinantes
Las excavaciones en Saqqara han desvelado una plétora de fascinantes artefactos, cada uno datando de diferentes períodos históricos y añadiendo a la rica trama del sitio. Entre los descubrimientos notables se encuentra una colección de máscaras de madera, que se cree que se utilizaron en antiguos rituales funerarios. Estas máscaras proporcionan información sobre los aspectos ceremoniales de los entierros egipcios y las creencias en torno a la vida después de la muerte. Además, se descubrieron dos antiguos juegos de mesa, insinuando los aspectos recreativos de la cultura egipcia. Estos juegos, no meramente para entretenimiento, estaban imbuidos de significados simbólicos y posiblemente se utilizaban en contextos rituales.
El descubrimiento de tales artefactos diversos refleja la naturaleza multifacética de Saqqara como un sitio que encapsula varios aspectos de la vida egipcia antigua, desde lo religioso y ceremonial hasta lo cotidiano y lúdico. Destaca la riqueza arqueológica de Saqqara, donde cada excavación ofrece nuevas perspectivas sobre una civilización que sigue fascinando al mundo moderno.
Veinte y Senet
Los juegos de mesa descubiertos en Saqqara, según informó CBS News, son particularmente intrigantes. Uno de estos juegos, conocido como Veinte, fue encontrado con el nombre de su dueño aún marcado en él, proporcionando una conexión personal con el pasado. Otro juego descubierto fue Senet, un juego que se cree que tiene similitudes con el ajedrez, pero con una conexión más profunda con el más allá. El descubrimiento de Senet en las tumbas sugiere que el juego tenía un significado más profundo, quizás relacionado con el viaje del alma en la vida después de la muerte.
Estos juegos no solo ofrecen una visión de las actividades recreativas de los antiguos egipcios, sino también de sus creencias y percepciones sobre la muerte y el viaje más allá. La presencia de tales juegos en contextos funerarios resalta la mezcla de ocio, religión y filosofía en la cultura egipcia antigua, donde los límites entre el mundo de los vivos y el más allá a menudo se entrelazaban en las prácticas y creencias cotidianas.
Papiro gigante
Durante las excavaciones, el equipo encontró representaciones del dios con cabeza de perro Anubis, una figura central en la mitología egipcia antigua asociada con el inframundo. Además de un santuario dedicado a su culto, se encontraron varias estatuas que representan a Anubis, enfatizando la importancia del dios en las prácticas funerarias. El descubrimiento de estas estatuas no solo ilustra las creencias religiosas de los antiguos egipcios, sino también sus habilidades artísticas y dedicación a la iconografía religiosa.
Uno de los hallazgos más inquietantes fue un gran rollo de papiro, que mide 13 pies de largo y 3 pies de ancho. El tamaño y la conservación de este papiro lo convierten en un hallazgo extraordinario, ofreciendo una gran cantidad de información sobre el idioma antiguo egipcio, los textos religiosos y la expresión artística. La presencia de Anubis y el santuario dedicado a él en la necrópolis subraya la importancia de las deidades funerarias en la religión egipcia antigua, destacando su papel en guiar y proteger las almas de los difuntos en su viaje al más allá.
Capítulo 17
El papiro descubierto en Saqqara está inscrito con el Capítulo 17 del “Libro de los Muertos”, un texto significativo en la literatura funeraria del antiguo Egipto. Este manuscrito, que evolucionó de los anteriores Textos de las Pirámides, era considerado un artefacto poderoso y mágico por los antiguos egipcios. Contenía hechizos e instrucciones que se creía ayudaban al difunto a navegar los desafíos de la vida después de la muerte y a lograr un renacimiento exitoso.
La presencia de un texto así en un contexto funerario resalta la profunda preocupación de los egipcios por el más allá y su creencia en el poder de las palabras escritas para proteger y guiar al difunto. El “Libro de los Muertos” representa un aspecto clave del pensamiento religioso egipcio, encarnando su compleja comprensión de la muerte, el más allá y el viaje del alma. Este descubrimiento en Saqqara brinda una invaluable oportunidad para estudiar estas creencias con mayor detalle, ofreciendo un enlace directo al mundo espiritual de los antiguos egipcios.
El documento egipcio más grande jamás recuperado
La identidad del dueño del papiro añade otra capa a este hallazgo significativo. El hombre, conocido como Pwkhaef, no solo fue nombrado en el manuscrito sino que también fue inscrito en un sarcófago cercano, indicando su probable entierro dentro del eje. La afirmación de Hawass de que este papiro es el más grande de su tipo jamás recuperado de un sitio de entierro egipcio resalta la naturaleza excepcional de este descubrimiento. Sugiere que Pwkhaef era una persona de considerable importancia, mereciendo tal entierro elaborado y la inclusión de un texto religioso sustancial.
La identificación de Pwkhaef y la recuperación de su papiro ofrecen una visión única de las vidas individuales en el antiguo Egipto, permitiendo a los arqueólogos e historiadores reconstruir historias más personales de esta antigua civilización. Este hallazgo contribuye significativamente a nuestra comprensión de las prácticas funerarias egipcias y las creencias religiosas, arrojando luz sobre los individuos que vivieron durante este fascinante período.
Papiro gigante
Durante las excavaciones, el equipo encontró representaciones del dios con cabeza de perro Anubis, una figura central en la mitología egipcia antigua asociada con el inframundo. Además de un santuario dedicado a su culto, se encontraron varias estatuas que representan a Anubis, enfatizando la importancia del dios en las prácticas funerarias. El descubrimiento de estas estatuas no solo ilustra las creencias religiosas de los antiguos egipcios, sino también sus habilidades artísticas y dedicación a la iconografía religiosa.
Uno de los hallazgos más inquietantes fue un gran rollo de papiro, que mide 13 pies de largo y 3 pies de ancho. El tamaño y la conservación de este papiro lo convierten en un hallazgo extraordinario, ofreciendo una gran cantidad de información sobre el idioma antiguo egipcio, los textos religiosos y la expresión artística. La presencia de Anubis y el santuario dedicado a él en la necrópolis subraya la importancia de las deidades funerarias en la religión egipcia antigua, destacando su papel en guiar y proteger las almas de los difuntos en su viaje al más allá.
Capítulo 17
El papiro descubierto en Saqqara está inscrito con el Capítulo 17 del “Libro de los Muertos”, un texto significativo en la literatura funeraria del antiguo Egipto. Este manuscrito, que evolucionó de los anteriores Textos de las Pirámides, era considerado un artefacto poderoso y mágico por los antiguos egipcios. Contenía hechizos e instrucciones que se creía ayudaban al difunto a navegar los desafíos de la vida después de la muerte y a lograr un renacimiento exitoso.
La presencia de un texto así en un contexto funerario resalta la profunda preocupación de los egipcios por el más allá y su creencia en el poder de las palabras escritas para proteger y guiar al difunto. El “Libro de los Muertos” representa un aspecto clave del pensamiento religioso egipcio, encarnando su compleja comprensión de la muerte, el más allá y el viaje del alma. Este descubrimiento en Saqqara brinda una invaluable oportunidad para estudiar estas creencias con mayor detalle, ofreciendo un enlace directo al mundo espiritual de los antiguos egipcios.
El documento egipcio más grande jamás recuperado
La identidad del dueño del papiro añade otra capa a este hallazgo significativo. El hombre, conocido como Pwkhaef, no solo fue nombrado en el manuscrito sino que también fue inscrito en un sarcófago cercano, indicando su probable entierro dentro del eje. La afirmación de Hawass de que este papiro es el más grande de su tipo jamás recuperado de un sitio de entierro egipcio resalta la naturaleza excepcional de este descubrimiento. Sugiere que Pwkhaef era una persona de considerable importancia, mereciendo tal entierro elaborado y la inclusión de un texto religioso sustancial.
La identificación de Pwkhaef y la recuperación de su papiro ofrecen una visión única de las vidas individuales en el antiguo Egipto, permitiendo a los arqueólogos e historiadores reconstruir historias más personales de esta antigua civilización. Este hallazgo contribuye significativamente a nuestra comprensión de las prácticas funerarias egipcias y las creencias religiosas, arrojando luz sobre los individuos que vivieron durante este fascinante período.
Reescribiendo la historia de la región
La importancia de estos descubrimientos en Saqqara no puede ser exagerada. Como afirmó el Ministerio de Turismo y Antigüedades, traducido por CNN, estos hallazgos tienen el potencial de “reescribir la historia de esta región”, particularmente durante las dinastías 18 y 19 del Nuevo Reino. La adoración del rey Teti y los entierros de los ciudadanos alrededor de su pirámide durante este período subrayan la influencia duradera de este faraón y la importancia cultural de Saqqara. Estos descubrimientos no solo enriquecen nuestra comprensión de la historia del antiguo Egipto, sino que también destacan el papel central de Saqqara en la vida religiosa y social de la época.
La continua excavación y estudio de Saqqara prometen revelar aún más sobre esta era crucial, ofreciendo nuevas perspectivas sobre el complejo tapiz de la civilización egipcia antigua. Para los egiptólogos y entusiastas de la historia en todo el mundo, estos hallazgos representan un capítulo emocionante y dinámico en la exploración continua del rico y multifacético pasado de Egipto.