Riendo con Ellen
En noviembre de 2021, Meghan hizo las delicias de sus fanáticos al aparecer como invitada en el programa de Ellen DeGeneres. Pero, a diferencia de la mayoría de los invitados, la duquesa de Sussex no solo llevó a cabo una entrevista con Ellen:
también participó en una serie de bromas pregrabadas. Aunque parecían diversión inofensiva, no todos apreciaron las payasadas de la estrella…
Arruinando la diversión
Durante ese segmento, Meghan realizó varias acciones mientras Ellen le daba instrucciones a través de un auricular. Estas acciones incluyeron decir a los vendedores que tenía poderes curativos y tocar todos los objetos en exhibición.
Aunque el público pareció disfrutar con las bromas del dúo, el padre de Meghan, Thomas, no se mostró para nada divertido.
Tensión de larga data
Meghan, a lo largo de los años, ha demostrado un compromiso inquebrantable hacia su familia inmediata. Es evidente cómo ha cultivado su matrimonio con el Príncipe Harry, y la alegría con la que aborda la maternidad se refleja en cada anécdota sobre sus hijos. Sin embargo, a pesar de este idílico panorama familiar, hay un aspecto de su vida personal que ha sido objeto de amplia especulación y debate: su relación con su padre, Thomas.
A diferencia de los sólidos lazos que ha tejido con su esposo e hijos, su vínculo con Thomas parece haber experimentado un deterioro significativo en los últimos años. La pregunta que muchos se hacen, y que ha sido tema recurrente en los medios de comunicación, es: ¿Qué serie de eventos o circunstancias condujeron a este visible distanciamiento entre padre e hija? Esta interrogante ha generado múltiples teorías y rumores, reflejando el interés del público en la vida personal de la duquesa.
A la fuga
Todo comenzó en noviembre de 2017 cuando Meghan y el príncipe Harry anunciaron públicamente su compromiso. Según su medio hermano, Thomas Jr.,
fue por esa época que su padre decidió refugiarse en un pueblo costero de México. Pero, ¿qué motivó esta decisión tan impulsiva y drástica?
Escapando del foco público
Según el sitio web Business Insider, Thomas Jr. cree que su padre realmente ama a Meghan. Sin embargo, no estaba contento con la atención mediática que inevitablemente atrajo desde que su hija comenzó su relación con la realeza.
“A papá nunca le gustó estar en el centro de atención, pero desde que se supo de Meghan y Harry, se ha convertido en un total ermitaño”, dijo Thomas Jr. en 2018. Pero los problemas no terminaron ahí.
Vida fronteriza
Aproximadamente un mes después de su autoexilio, se informó que Thomas Sr. estaba viviendo en la playa Rosarito de México, una localidad a solo 15 minutos de la frontera con EE.UU.
Claramente, el exdirector de iluminación de Hollywood estaba dispuesto a hacer todo lo posible para permanecer oculto. Sin embargo, surgió otro hecho sorprendente sobre la relación de Meghan con Harry que agitó aún más las aguas.
Mantenido al margen
Incluso cuando Harry y Meghan se comprometieron, Thomas Sr. estaba desinformado. Aparentemente, en esa etapa, aún no había conocido al príncipe.
Sin embargo, le dijo a la prensa curiosa que le “encantaría” llevar a su hija al altar en el día de su boda. Aunque el Palacio de Kensington confirmaría más tarde la asistencia de Thomas Sr., las cosas no seguirían según lo planeado.
Decisión original revocada
Con solo una semana para la boda real, Thomas Sr. reveló que ya no asistiría. Se dijo que esto se debía a una disputa tras afirmaciones de que había orquestado fotos con los paparazzi.
En un giro inesperado, cambió de opinión al día siguiente, pero luego revocó esa decisión, alegando que necesitaba una cirugía cardíaca urgente que le impediría viajar. ¿Cómo afectaría este comportamiento a los sentimientos de Meghan hacia su padre?
Admirando desde lejos
Thomas Sr. compartió un detalle íntimo y emotivo sobre cómo vivió el día más importante de la vida de su hija. Según relató, no pudo estar presente físicamente en la boda, pero eso no lo impidió de ser testigo del enlace. En lugar de estar en la iglesia, vio la ceremonia desde la comodidad de su cama en el hospital, conectándose con el momento a través de la pantalla del televisor. Tras el enlace, no tardó en expresar sus sentimientos al mundo, y en una declaración al sitio web TMZ afirmó:
“Mi niña es una duquesa y la amo mucho”. Aunque este comentario reflejaba el cariño genuino de un padre hacia su hija, también dejaba entrever el profundo pesar de haberse perdido un evento tan significativo en persona. Sin embargo, lo que muchos no anticiparon fue que, más allá de este episodio emocional, más capítulos cargados de drama familiar estaban a punto de desplegarse en el futuro cercano.
El molino de rumores
Tras la boda, surgieron historias en los medios que afirmaban que Thomas había pedido dinero a su hija. Enfurecido, refutó esta acusación, explicando que tenía un buen fondo de jubilación y que su hija nunca le negaría algo si lo solicitara.
Sin embargo, las cosas no iban bien en la familia Markle. Durante su primera entrevista en televisión, Thomas Sr. admitió que todavía no había conocido a su yerno y que se había distanciado extrañamente de su hija.
El ruego
Para sorpresa de muchos, Thomas reveló en julio de 2018 que no había hablado con su hija desde una breve llamada después de la boda, lo que equivalía a dos meses completos sin comunicación.
Además, afirmó que, debido a sus problemas cardíacos, podría morir pronto y temía permanecer distante hasta el final. Tristemente, su frustración pronto convertiría estos pensamientos melancólicos en ira.
Atacando con fuerza
Contra todas las expectativas, Thomas realizó nueve horas de entrevistas en tres días a finales de julio, donde declaró sorprendentemente que “sería más fácil para Meghan si yo muriera”.
Fue tan lejos como para decir que su hija tenía aires de superioridad y que había olvidado que era la persona que era hoy gracias a su padre. Luego, se revelaron detalles de una llamada telefónica tensa.
El intercambio acalorado
En otra entrevista, Thomas contó que, después de su escándalo con los paparazzi, Harry y Meghan lo llamaron. Durante la llamada, Harry supuestamente le recordó el momento en que le había advertido que se mantuviera alejado de la prensa, explicando:
“Si me hubieras escuchado, esto nunca habría sucedido”. Thomas supuestamente respondió con amargura: “Quizás sería mejor para ustedes si yo estuviera muerto”.
Desinhibiéndose
Después de desahogarse contra su hija, Thomas dirigió su ira hacia la familia real en una entrevista con Business Insider, comparando sus instintos secretos con los de “los Scientologists o la familia Stepford”.
Dos días después, un informe en el periódico británico The Times afirmó que Meghan ya no intentaría comunicarse con su padre ni “aclarar las cosas”. Tal como resultó, pasarían casi tres años antes de que Meghan abordara públicamente su situación con su padre de nuevo.
La entrevista
En marzo de 2021, Meghan se sentó con Oprah para discutir su vida y la de Harry después de dejar la familia real. Reveló que se había acercado a su padre durante su drama con los paparazzi.
Meghan afirmó que le dijo: “‘Solo necesito que me lo digas. Y si me dices la verdad, podemos ayudar.’ Y él no pudo hacerlo”. Luego, ese año, el drama aún se intensificó más.
El crítico
Avanzando hasta noviembre, Meghan hizo una aparición en el show de Ellen, lo que provocó que su padre volviera a salir de su escondite. Después de ver el segmento de bromas, calificó la participación de su hija como “vergonzosa” y sostuvo que su comportamiento no era digno de alguien de su posición social.
“Sin duda fue embarazoso para la familia real,” comentó al periódico británico Sunday Mirror. Pero no solo fueron las bromas las que lo molestaron.
El auto
Durante el segmento de entrevistas, Meghan habló de un Ford Explorer que solía conducir para sus audiciones de actriz antes de alcanzar la fama.
Contó, para diversión de la audiencia, cómo la llave dejó de funcionar en la puerta del conductor, obligándola a entrar por el maletero. Sin embargo, su padre sostiene que las cosas no fueron exactamente así.
Fingiéndolo
Thomas, en medio de la oleada de historias y relatos que circulaban sobre su hija, se sintió impulsado a desmentir una en particular que, según él, era completamente ficticia. En una declaración al Sunday Mirror, mostró su escepticismo hacia la historia que Meghan compartió sobre el coche. Declaró, con un tono de incredulidad, “No recuerdo que alguna vez tuviera que salir arrastrándose por detrás del coche, como ella dijo”.
Esta corrección pública se presentó en un momento delicado, justo después del incidente con Ellen que, aunque ya había quedado atrás, todavía resonaba en la mente de muchos. Sin embargo, a pesar de que ese episodio en particular se había superado, Thomas no mostró signos de reticencia, y continuó expresando su crítica hacia su hija en diversas formas. Esta dinámica entre padre e hija parecía reflejar una relación compleja y a menudo tensa, alimentando aún más la especulación y el interés del público.
La barra de ensaladas
Meghan escribió una carta al Congreso en la que mencionaba haber tenido una infancia difícil, diciendo que solía comer en la barra de ensaladas de $4.99 en Sizzler.
Pero, según Thomas, Meghan solía comer en los mejores restaurantes de Los Ángeles, y solo comía en Sizzler por conveniencia. Estaba claro que esta relación padre-hija seguía fracturada.
Sin respuesta
Parece que la familia real ha decidido que la mejor respuesta a las afirmaciones de Thomas es no responder. Cuando los representantes de Meghan fueron contactados tras las críticas de su padre, no se ofreció ningún comentario.
Y, hasta ahora, ningún miembro de la realeza ha comentado sobre la aparición de Meghan en el programa de Ellen. Pero si lo ven, podría ser una gran sorpresa…
Las acusaciones
Desde la perspectiva de muchos observadores, la aparición de Meghan en el programa de Ellen podría haber tenido motivaciones más profundas que simplemente una entrevista casual entre amigas. Para Ellen, este podría haber sido un intento, quizás desesperado, de redimir su imagen y la de su show ante el público. El programa, que en sus mejores momentos fue aplaudido por ser una fuente de entretenimiento ligero y sano, se encontraba ahora en el centro de un torbellino de críticas. Las acusaciones que se cernían sobre su presentadora amenazaban con ensombrecer el legado del show.
Invitar a Meghan, una figura pública con su propio conjunto de desafíos mediáticos, podría haber sido una estrategia para redirigir la atención y mostrar una faceta más positiva y auténtica del programa. Sin embargo, solo el tiempo diría si este movimiento resultaría efectivo en restaurar la confianza de la audiencia.
Detrás de escena
En 2020, miembros del personal comenzaron a denunciar lo que realmente sucedía detrás de cámaras. Las denuncias eran realmente alarmantes.
Un empleado supuestamente fue despedido por tomar un permiso por motivos personales. Otros mencionaron haber experimentado hostilidad en su trabajo.
Mal comportamiento
¿Y qué hay de Ellen? Se rumoreaba que era una persona desagradable. Se decía que era una diva que no permitía que nadie la mirara sin su permiso.
Algunos señalaron una entrevista incómoda con Mariah Carey como evidencia, donde intentó hacerla beber alcohol para probar que no estaba embarazada.
Toxicidad
Dado todo esto, muchos se preguntaron por qué Meghan decidió aparecer en el show de Ellen. Adam Miller, editor de TV, escribió en el periódico Metro: ”
¿Por qué, después de presentarse como defensora de la salud mental, se uniría a Ellen DeGeneres, cuyo show ha sido acusado de tener un comportamiento tóxico?”
¿Amigos para siempre?
El vínculo entre Ellen y la pareja real, Meghan y Harry, no es algo reciente, sino que ha sido cultivado a lo largo de los años. En 2019, Ellen ofreció un vistazo a esta relación cuando tomó las redes sociales para compartir un recuerdo especial. En un tweet, reveló que tanto ella como su esposa, Portia, tuvieron el privilegio de encontrarse con Meghan y Harry durante una visita a Inglaterra. El motivo principal de su reunión fue discutir sobre la conservación de la vida silvestre, un tema que ambos pares comparten con profundo entusiasmo y compromiso.
Pero más allá de la mera narración del encuentro, Ellen no dudó en elogiar a la pareja real por su genuina humildad y compasión, características que, según ella, resaltaban en su interacción. Este gesto público no solo solidificó su relación en la mente del público, sino que también dejó entrever el respeto mutuo y la admiración que existe entre ellos.
Vecinos
Desde aquel momento icónico en televisión, la relación entre las dos mujeres ha evolucionado y parece haberse fortalecido significativamente. Tras la decisión de Meghan y Harry de dar un paso atrás de sus responsabilidades reales y buscar un nuevo comienzo, optaron por establecerse en California, donde adquirieron una impresionante mansión. Y en un giro inesperado y serendípico, resulta que su famosa vecina no es otra que Ellen DeGeneres. Esta proximidad geográfica ha fomentado, sin duda, una relación más cercana entre ambas familias.
Por lo tanto, cuando se supo que Meghan aparecería en el programa de Ellen, muchos sintieron que era un paso lógico y natural en su creciente amistad. La presencia de Meghan en el programa no solo fue una oportunidad para compartir con la audiencia, sino también un testimonio de la relación que ha florecido entre ellas.
Mirando atrás
Meghan, en su intento por conectarse con el público y mostrar una faceta más relajada y accesible, podría estar revaluando sus decisiones tras su aparición en el programa. Durante la entrevista, buscó proyectarse de una manera cercana y juguetona, alejándose de cualquier formalidad o distancia que pudiera percibirse debido a su estatus. Sin embargo, su enfoque no fue del todo exitoso a ojos de algunos espectadores.
Aunque su intención era auténtica, hubo momentos en que su actitud parecía forzada o fuera de lugar, generando cierto nivel de incomodidad entre los televidentes. La percepción de estas interacciones mostró la compleja relación entre la autenticidad y la expectativa del público. Lo que para unos puede ser genuino y entrañable, para otros puede percibirse como artificial o incómodo.
Meghan como madre
A pesar de los momentos de tensión y comentarios polémicos, la entrevista tuvo sus instantes llenos de calidez y ternura. Meghan, con una sonrisa melancólica y ojos brillantes, compartió algunos de los momentos más entrañables relacionados con sus hijos y sus celebraciones de Halloween. Narró con entusiasmo cómo Archie, su primogénito, había escogido un vistoso disfraz de dinosaurio, mientras que la pequeña Lilibet, con su inocencia infantil, lució un adorable traje de mofeta.
Aunque muchos hubieran deseado ver imágenes de estos momentos para disfrutar de la alegría de los pequeños, Meghan decidió mantener esos recuerdos en la privacidad de su familia. Por lo tanto, no compartió fotos públicas de la celebración, dejando a la audiencia con la tarea de imaginar las tiernas escenas basadas únicamente en su descripción. Esos relatos, aunque simples, ofrecieron una ventana a la vida íntima y cotidiana de Meghan como madre.
Un comentario controvertido
Durante la conversación, Meghan abordó el tema de la paternidad, y lo que compartió no fue del todo bien recibido por algunos oyentes. Reveló que alguien, en una ocasión anterior, le había comentado que tener un solo hijo podría compararse a tener un hobby, mientras que tener dos hijos representaba el verdadero desafío de ser padre. Mientras compartía este comentario, había un matiz en su voz y una expresión en su rostro que daba la impresión de que, en cierta medida, estaba de acuerdo con esa perspectiva.
Aunque simplemente citaba las palabras de otra persona, la forma en que lo presentó dejó a muchos preguntándose sobre sus propias opiniones y sentimientos al respecto. El comentario generó diversas reacciones y sentimientos en la audiencia, ya que la paternidad y la maternidad son temas sensibles y subjetivos. Lo que puede ser una verdad para una persona, puede no resonar o incluso resultar ofensivo para otra.
La ayuda que recibe
Ese comentario no fue bien recibido en internet. Tras la entrevista de Meghan, muchos criticaron el comentario, especialmente dada la posición y riqueza de Meghan y Harry.
Un comentario en YouTube decía: “Ser padres de dos niños con millones, niñeras y todo tipo de ayuda es también un hobby.”
Desconectada
Otro comentarista señaló: “Vaya, encontré bastante desafortunada y fuera de lugar la frase de ‘un hijo es un pasatiempo’. Hay muchas personas con un solo hijo y estoy seguro de que no consideran todo el esfuerzo que ponen en la crianza simplemente como un ‘hobby’.
Nunca sabes qué tuvo que pasar alguien para tener a su hijo o hijos. No importa cuántos hijos tengas, criar siempre es una tarea compleja, y todos hacemos lo mejor que podemos”.
Una cita secreta
Otras cosas que Meghan compartió fueron menos polémicas. Aunque sí fue sorprendente lo abierta que estuvo, considerando lo reservada que ha sido últimamente.
Meghan le contó a Ellen que, antes de hacer pública su relación, ella y Harry tuvieron una cita doble ultrasecreta. Y lo más sorprendente es que fue con dos otros miembros de la familia real.
Hora de fiesta
En un momento de sinceridad y nostalgia, Meghan compartió un recuerdo especial que había atesorado en su corazón. Reveló que, durante los primeros días de su relación, antes de que los medios de comunicación y el mundo entero estuvieran al tanto de su romance, Harry había decidido visitarla en Toronto. No estaban solos en esa ocasión; se les unieron dos amigos cercanos, la prima de Harry, Eugenie, y el que ahora es su esposo, Jack.
Juntos, decidieron hacer algo audaz y divertido para conmemorar esa noche. Los cuatro se pusieron creativos, eligiendo disfraces para celebrar Halloween, y se aventuraron en las calles de Toronto, buscando disfrutar de una noche libre de miradas indiscretas y rumores. Era una de esas raras noches de anonimato y alegría antes de que su relación fuera conocida por el mundo.
Atuendos extraños
Cuando le preguntaron si alguien en la fiesta sospechó quiénes eran realmente, Meghan dijo que nunca lo hicieron. Comentó: “El tema era post-apocalíptico, así que teníamos disfraces muy extravagantes.
Pudimos tener una última noche divertida”. Lamentablemente para sus fans, ¡Meghan nunca ha compartido fotos de ese evento! Sin embargo, aquellos que deseaban ver otro lado de Meghan definitivamente lo obtuvieron en otra parte de la entrevista con Ellen.
Comportamiento raro
Thomas siempre fue una persona que no tenía miedo de expresar sus opiniones, y al recordar el incidente, él lo señaló específicamente como la parte que consideró “vergonzosa”. Aunque todos tenían un sentido del humor, hay que admitir que la situación tomó un giro inesperado y peculiar. Ellen, siempre juguetona y dispuesta a crear momentos memorables, ideó un juego en el que le daba a Meghan líneas a través de un audífono.
Mientras Meghan caminaba por el vasto estudio de Warner Bros., cada paso que daba era dirigido por las palabras susurradas de Ellen. Meghan se encontraba en una posición única, interactuando con vendedores y personas que presentaban sus productos, siguiendo las indicaciones, a veces cómicas, de Ellen. Esta dinámica generó risas y sorpresa, pero también dejó a muchos reflexionando sobre lo inusual de la situación.
Trátala con normalidad
Ellen y Meghan, en un intento por mantener cierta normalidad en la interacción, idearon un plan antes de que la duquesa visitara a los vendedores. Contrataron a un “asistente” específicamente para que se acercara primero y les comunicara que Meghan, a pesar de su título, quería ser tratada como cualquier otro cliente durante su visita. Apreciaron la profesionalidad y la cortesía de los vendedores, quienes, pese a la inusual petición, lograron mantener la compostura y el respeto en todo momento.
Sin embargo, el desafío más grande vino cuando Meghan, bajo las indicaciones de Ellen, comenzó a comportarse de forma poco convencional. Uno de los actos más desconcertantes fue cuando, siguiendo las instrucciones de Ellen, Meghan tuvo que agacharse repentinamente en medio de la tienda. Este tipo de comportamientos, aunque extraños para los presentes, demostraban el sentido del humor y la complicidad entre ambas mujeres.
Poderes curativos
Primero, Meghan se dirigió a un puesto que vendía cristales. Ellen la hizo hablar sobre lo “hermoso” que era el día, y luego tuvo que tocar todos los cristales. Pero eso no fue todo.
Ellen, a través de Meghan, comenzó a decir que tenía “poderes curativos”. Luego, colocó un cristal contra su cabeza y comenzó a tararear.
Comportamiento raro
Thomas siempre fue una persona que no tenía miedo de expresar sus opiniones, y al recordar el incidente, él lo señaló específicamente como la parte que consideró “vergonzosa”. Aunque todos tenían un sentido del humor, hay que admitir que la situación tomó un giro inesperado y peculiar. Ellen, siempre juguetona y dispuesta a crear momentos memorables, ideó un juego en el que le daba a Meghan líneas a través de un audífono.
Mientras Meghan caminaba por el vasto estudio de Warner Bros., cada paso que daba era dirigido por las palabras susurradas de Ellen. Meghan se encontraba en una posición única, interactuando con vendedores y personas que presentaban sus productos, siguiendo las indicaciones, a veces cómicas, de Ellen. Esta dinámica generó risas y sorpresa, pero también dejó a muchos reflexionando sobre lo inusual de la situación.
Trátala con normalidad
Ellen y Meghan, en un intento por mantener cierta normalidad en la interacción, idearon un plan antes de que la duquesa visitara a los vendedores. Contrataron a un “asistente” específicamente para que se acercara primero y les comunicara que Meghan, a pesar de su título, quería ser tratada como cualquier otro cliente durante su visita. Apreciaron la profesionalidad y la cortesía de los vendedores, quienes, pese a la inusual petición, lograron mantener la compostura y el respeto en todo momento.
Sin embargo, el desafío más grande vino cuando Meghan, bajo las indicaciones de Ellen, comenzó a comportarse de forma poco convencional. Uno de los actos más desconcertantes fue cuando, siguiendo las instrucciones de Ellen, Meghan tuvo que agacharse repentinamente en medio de la tienda. Este tipo de comportamientos, aunque extraños para los presentes, demostraban el sentido del humor y la complicidad entre ambas mujeres.
Poderes curativos
Primero, Meghan se dirigió a un puesto que vendía cristales. Ellen la hizo hablar sobre lo “hermoso” que era el día, y luego tuvo que tocar todos los cristales. Pero eso no fue todo.
Ellen, a través de Meghan, comenzó a decir que tenía “poderes curativos”. Luego, colocó un cristal contra su cabeza y comenzó a tararear.
Mi cariño
Después de eso, Meghan se acercó a alguien que vendía salsa picante, y Ellen le dijo que saltara de alegría. Quizás Meghan disfrutaba al poder usar nuevamente sus habilidades actorales.
Pero la siguiente instrucción fue especialmente embarazosa. Meghan tuvo que decir: “Déjame probarlo. A mi amor le encanta la salsa picante. Mamá quiere algo picante”. Y así lo hizo.
Come como una ardilla
Meghan recibió unas galletas saladas para probar, y Ellen le sugirió que las comiera “como una ardilla”. Aunque probablemente en el Palacio de Buckingham no les habría hecho mucha gracia, eso fue exactamente lo que Meghan hizo.
¿Y después? Bueno, tuvo que “meter todo en su boca” y luego cantar “Me siento caliente, caliente, caliente”.
La mamadera
Meghan hizo todo esto sin quejarse, pero las cosas estaban a punto de ponerse aún más extrañas. Después de comer, declaró: “¡Mamá necesita leche!”,
sacó un biberón de su bolso y bebió la leche. Todo por orden de Ellen, por supuesto. El vendedor solo pudo mirar con la boca abierta.
Un mal chiste
Ahora había un puesto más para visitar —uno que vendía galletas. Meghan le preguntó a Yasmin, la vendedora: “¿Puede mamá probar una de estas?”
y nuevamente comió la comida como lo haría una ardilla. Luego, por instrucción de Ellen, tuvo que contar un chiste y comenzó: “¿Por qué el elefante metió su trompa en el tarro de galletas?”
Diademas
Desafortunadamente, nadie logró escuchar el final de ese chiste, ya que Meghan simplemente se quedó parada antes de soltar una carcajada y decir: “Es gracioso, ¿verdad?” Luego, le preguntó a la vendedora:
“Yasmin, ¿sabes? ¿Sabes lo que hago para entretener a mis hijos?” Al parecer, la respuesta involucraba unas diademas con orejas de gato.
Baile del gatito
En un intento de inyectar un poco de alegría y ligereza a la situación, Meghan sacó un par de orejas de gato. Sin dudarlo, le ofreció un par a su asistente, a quien se refería con afecto como “Pwamma” durante toda la interacción. Con una sonrisa juguetona, propuso: “Tú te pones uno y yo me pongo el otro. Así es precisamente cómo suelo animar a mis hijos cuando están decaídos o necesitan un poco de diversión.”
Acto seguido, se sumergió por completo en el papel, empezando a moverse con gracia felina y entonando con entusiasmo: “Soy una gatita, mew mew mew. Tú eres una gatita, mew mew mew”, intentando contagiar a todos con su espíritu lúdico.
Ellen regresa
La situación, que comenzó de manera un tanto desconcertante para los vendedores, pronto encontró su resolución. En medio del asombro generalizado, Ellen decidió intervenir. Se acercó rápidamente a Meghan y, con un gesto de complicidad, la envolvió en un cálido abrazo. Luego, dirigiéndose a los vendedores y al público presente, les reveló:
“He sido yo quien le ha estado dictando a Meghan qué decir durante todo este tiempo”. Lo que podría haber sido un momento de tensión se disipó con rapidez, y, para alivio de todos, el ambiente se relajó. Afortunadamente, los vendedores tomaron la situación con buen humor, y no parecía haber resentimientos por la inusual broma.
No está divertida
Pero algunas de las personas que comentaron el video no parecían muy impresionadas. Un usuario de YouTube expresó: “No entiendo cómo alguien puede encontrar esto gracioso.
Se burla de la gente trabajadora y hace que Ellen parezca una matona de patio de escuela. Meghan debería haber dicho, ‘No, gracias’. No es divertido forzar a las personas a actuar como tontos.”
Su lenguaje corporal
Si le das crédito a las observaciones de un experto en lenguaje corporal, se podría inferir que Meghan no estaba tan cómoda como aparentaba. Jesús Enrique Rosas, ampliamente reconocido en las redes como “The Body Language Guy”, compartió sus análisis en YouTube sobre la conducta de la duquesa. Según él, a pesar de que Meghan proyectaba la imagen de estar disfrutando del momento, había ciertas señales que sugerían lo contrario.
De hecho, Rosas destacó que, en ciertas ocasiones, Meghan no podía ocultar del todo su disgusto o malestar. Esto nos lleva a reflexionar sobre cuánto de lo que vemos en la televisión es auténtico y cuánto es simplemente una máscara para el público. Sin duda, el análisis de Rosas aporta una perspectiva interesante sobre la situación.
“Incómodo de ver”
Rosas señaló que, en cierto momento, la sonrisa de Meghan parecía un poco forzada. También parecía estar ocultando su rostro detrás de su cabello.
Por lo tanto, aunque transmitía la impresión de estar bien con todo, Rosas afirmó que no era así. Según él, la duquesa sentía que estaba siendo “manipulada por alguien más”, lo que resultaba “incómodo de ver.”
“Una elección interesante”
Incluso algunos de los fanáticos de Meghan tenían dudas sobre su decisión de aparecer en el show de Ellen. Rachel Bowie, del podcast “Royally Obsessed”, compartió sus pensamientos, afirmando: “Creo que hay que decir que no estamos de acuerdo con la entrevista.
Nos dejó un poco desconcertados. Obviamente, amamos a Harry y Meghan. Pero definitivamente fue una elección interesante, y supongo que tendremos que reflexionar más sobre ella en las próximas semanas.”
Estrella de TV
Parece que Meghan podría estar enfrentando una nueva oleada de críticas ahora que se ha alejado de la familia real y ha comenzado a hablar más por sí misma.
¿Llegará a ver la entrevista y broma con Ellen como un error más adelante? O tal vez, esta es la verdadera Meghan que ha estado reprimiendo durante los últimos años.